Catálogo de puntos débiles
No estoy seguro de haber leído y escuchado todo, pero hace días que no oigo al señor Rajoy que las elecciones catalanas sólo son autonómicas y que nunca habrá independencia. ¿Se habrá cansado de repetirlo? ¿Pensará que no tiene credibilidad? Sospecho que es más sencillo: los sensores de la Moncloa han detectado que decir esas cosas desmoviliza a los votantes contrarios al proceso. Si las elecciones sólo son autonómicas, el ciudadano hará lo de siempre: desentenderse. Si nunca habrá independencia, tampoco hay necesidad patriótica de acudir a votar: se puede ir de fin de semana, porque Rajoy, su gobierno, su partido y el aparato del Estado se encargarán de resolver el problema. Si no se repite el mensaje, es que se corrigió el error, aunque queda una semana para repetirlo.
También corrigió el PSC. El sorpasso de Ciutadans y el voto de castigo que se adivina en las encuestas condujeron a Iceta a un gesto casi heroico en estos tiempos: lucir la bandera española y presentar sus símbolos como ejemplo de la España federal. Es que el PSC ofreció demasiados síntomas de duda estos últimos años. Y es que había mucha gente, sobre todo mucha derecha y mucha prensa de Madrid que lo acusaba de tibio, de falta de músculo unitario frente al soberanismo. Echaron sobre el PSC la acusación que en todas las tensiones resulta más vergonzante: la equidistancia. La bandera de España intenta ser la salvación.
Quienes no corrigen, quizá por fortaleza de convicciones, son quienes componen las listas que reclaman la independencia. Tienen dos puntos débiles: escaños en vez de votos para la legitimidad del proceso y riesgo de que Catalunya consiga la suprema libertad de la soberanía plena, pero pierda la grandeza de seguir en el club europeo. Lo primero, la minoría de votos, metería a Ca-
talunya en un debate legalista del que no habrá tribunal que la saque, pero será argumento de presión a los gobiernos del mundo para que no reconozcan el nuevo Estado. Lo segundo, la salida de la Unión, mancha la imagen de todos los gobernantes: si Catalunya sigue en las instituciones europeas, Rajoy habrá jugado indecentemente al voto del miedo. Si es expulsada, como dicen las voces comunitarias que se han pronunciado, los promotores de la independencia, una de cuatro: o carecen de información o son unos irresponsables o son unos ilusos o han engañado al pueblo catalán.
Es mi apunte de errores de campaña, aunque quizá sería más justo llamarles puntos débiles. Quienes rectificaron quizá lo hicieron tarde. Quienes los mantienen no tienen otro remedio. Si Junts pel Sí reconoce ahora que existe riesgo de salir de la UE, se suicida y se expone a la lapidación.
Quienes rectificaron errores quizás lo hicieron tarde y quienes los mantienen no tienen otro remedio