La Vanguardia

Capital de la paz

Barcelona acogerá este otoño la cumbre anual de premios Nobel

- RAMON SUÑÉ Barcelona

La tradición de Barcelona como lugar de encuentro para la búsqueda de soluciones a los conflictos internacio­nales, y el liderazgo que la capital catalana quiere asumir entre las ciudades refugio con motivo de la crisis que afecta a los centenares de personas que huyen de la muerte en Siria, se verá reforzada con la organizaci­ón de un gran encuentro internacio­nal que cobra especial relevancia como consecuenc­ia de los acontecimi­entos que envuelven a Oriente Medio y a Europa. El Palau de Congressos de Montjuïc será escenario entre los días 13 y 15 de noviembre de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, una cita anual que en esta ocasión cumple su decimoquin­ta edición.

En la cita barcelones­a, que reunirá a un buen número de galardonad­os con el premio que

ESCENARIO Y FECHAS El encuentro será en el Palau de Congressos de Montjuïc del 13 al 15 de noviembre

se entrega todos los años en Oslo y a los representa­ntes de las entidades no gubernamen­tales y fundacione­s vinculadas con la promoción de la paz, tendrá una especial significac­ión la cuestión de los refugiados. Ese ha sido el expreso deseo de los organizado­res, el secretaria­do permanente del lobby que reune a los premios Nobel de la Paz, y del Ayuntamien­to de Barcelona, que se movió con agilidad cuando, a principios de junio la ciudad estadounid­ense de Atlanta (cuna de dos galardonad­os con esta distinción, Martin Luther King y Jimmy Carter), que había sido elegida en principio como sede de la cumbre del 2015, renunció por una serie de problemas internos y de finan- ciación. La comisión de gobierno del Ayuntamien­to de Barcelona aprobó en su sesión del pasado día 9 destinar una partida de 240.000 euros a esta cumbre, que cuenta también con el patrocinio de diversas fundacione­s vinculadas a personas galardonad­as con el premio Nobel de la Paz y de la empresa automovilí­stica Mazda, con presencia en la capital catalana a través de su fundación y de un showroom en la zona del Born, y con fábrica en la emblemátic­a ciudad mártir de Hiroshima.

La historia de la llegada a Barcelona de la Cumbre de Premios Nobel de la Paz tiene un precedente en la edición del 2014. De hecho, el primer contacto entre los promotores de estos encuentros, en los que participan más de 1.500 personas, y el Ayuntamien­to se estableció con el gobierno de Xavier Trias. Fue en septiembre del año pasado. La cumbre debía celebrarse en Ciudad del Cabo, pero la negativa de las autoridade­s sudafrican­as a conceder el visado al Dalái Lama provocó el plante y la suspensión de las jornadas.

Los organizado­res trataron de que Barcelona cogiera el relevo y fuera la sede de aquella cumbre. El gobierno de CiU aceptó el reto y, con el visto bueno de Presidènci­a de la Generalita­t –en plena campaña de promoción internacio­nal de la consulta del 9-N–, ofreció la ciudad como sede del acontecimi­ento. Eso sucedía a mediados de septiembre y la cumbre podría haberse celebrado en torno al 12 de octubre. Pero los propios convocante­s considerar­on que no había tiempo suficiente y, al final, decidieron montar una cumbre para salir del paso en Roma, donde está la secretaría permanente de este foro, en el mes de diciembre.

Barcelona quedaba en la recámara para futuras ediciones. Así se lo recordaba en una carta Xavier Trias al exprimer ministro

soviético Mijaíl Gorbachov, uno de los factótums de la organizaci­ón, en una misiva que le remitió el 20 de abril en la que reiteraba el compromiso de Barcelona con la paz y renovaba la oferta para ser anfitriona de una de las cumbres.

No hubo que esperar mucho. Con la renuncia de Atlanta a albergar la cumbre del 2015, se reanudaron los contactos con Barcelona, que acababa de vivir un cambio político radical en el Ayuntamien­to con la elección de Ada Colau como alcaldesa.

A finales de julio, a través del departamen­to de Relaciones Internacio­nales del Ayuntamien­to, llegó formalment­e la propuesta de los organizado­res. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, explicó ayer a La Vanguardia que el gobierno de la ciudad consideró interesant­e la posibilida­d que se le brindaba a Barcelona. Su propósito entonces fue garantizar la máxima partici- pación de las entidades cívicas de la ciudad en el encuentro fijado para los días 13, 14 y 15 de noviembre. Ya en aquel primer momento se planteó la cuestión de los refugiados como uno de los ejes centrales de la cumbre, un aspecto que se ha ido reforzando con la evolución de los acontecimi­entos en las fronteras europeas.

La cumbre del 2014 tuvo como participan­tes a un buen número de ganadores del Nobel de la Paz. como el Dalái Lama, la abogada iraní Shirin Ebadi, la activista africana Leymah Gbowee, la yemenita Tawakul Karman, el expresiden­te de Timor Oriental José Ramos-Horta o el exprimer ministro de Irlanda del Norte David Trimble, por citar sólo algunos. También la Unión Europea, sorprenden­te Nobel de la Paz 2012, hoy cuestionad­a precisa- mente por la actitud de algunos de sus estados miembros en la crisis de los refugiados. Para el encuentro de Barcelona todavía no se conoce la lista de asistentes, pero con toda seguridad repetirá la mayoría de los que ya estuvieron en las reuniones precedente­s.

En las cumbres de los Nobel de la Paz se entrega un premio a una personalid­ad internacio­nal que se haya distinguid­o por su labor en favor de los más nobles ideales. La lista de galardonad­os incluye al inefable Bob Geldof, al no menos comprometi­do Bono de U2, al futbolista italiano Roberto Baggio o a los actores George Clooney, Sean Penn y Sharon Stone. En la última edición fue reconocida la labor del director de cine Bernardo Bertolucci. En la cumbre de Barcelona, la ciudad tendrá voz a la hora de sugerir nombres para este premio.

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