Vinos con corazón
Los nuevos Cop de Cor e Ilusión+ son vinos que han nacido de la pasión y el compromiso
“Este es un vino hecho por personas y para personas, un vino que quiere explicar el paisaje del que proceden pero también contar historias reales”. Así hablaba Agustí Torelló Sibill el miércoles mientras sujetaba, como si fuera un bebé, la botella de blanco del Penedès que acaba de ver la luz. “Ha nacido de un flechazo, de un
cop de cor. Hay que devolver al paisaje lo que nos da. Y qué mejor que hacerlo con un vino solidario”. Si los cocineros aprovechan su reconocimiento para contribuir a causas justas, el mundo del vino presenta cada vez más iniciativas en la misma línea. Son ejemplo algunas novedades que acaban de salir al mercado, como el Cop de Cor, que Torelló Sibill y su hijo Agustí Torelló Roca, de ATRoca, presentaron el miércoles en el viñedo Vinya Novelles, del que proceden las uvas macabeo con que se ha elaborado. Un viñedo de suelo arenoso y calcáreo que conoce bien Isabel Vidal, tercera generación de mujeres dedicadas a mimar las cepas de la que se ha obtenido este blanco que busca la sutileza del paisaje. El cien por cien de la recaudación irá destinado a la fundación Vi per Vida, que creó el pasado año el sumiller Xavier Ayala. “Mi padre murió por la metástasis a raíz de un cáncer de pulmón ocasionado por el tabaquismo. Un día vi una entrevista al doctor Joan Massegué y quedé fascinado por sus avances en el conocimiento de la metástasis. Contacté con él y me ofrecí a recaudar dinero a través del mundo del vino para ayudar a la investigación que de momento destinamos al Institut de Recerca Biomèdica, donde desarrollan proyectos avalados por él”. Es el primer Cop de Cor que lanzan las bodegas ATRoca. “Pero habrá más, serán vinos efímeros y cada uno de ellos se destinará a una causa”.
Un día después de que se presentara este nuevo vino cien por cien solidario, la sede de Esade acogió la presentación de un proyecto fascinante: se llama Ilusión+ y sus emprendedores son la pareja formada por Pau Torres y Gina Córdova. Cuenta ella que vivían en China cuando Pau empezó a tener problemas y regresa-
Cada vez más elaboradores lanzan vinos con los que recaudan fondos para causas solidarias
ron primero a México, de donde es Gina, y después a Barcelona . “El camino hasta que le diagnosticaron ELA, un 4 de julio, fue largo. Habíamos establecido algún contacto con el sector del vino cuando los responsables de la DO Montsant habían contactado con nosotros para abrirse camino en el mercado de aquel país”. La pareja y sus hijos, Montse y Ferran, dan nombre a los vinos con los que han impulsado Ilusión+ a partir de un proyecto para emprendedores de Esade. La silla de ruedas que necesita Pau no le impide moverse sin parar. La pareja, que cursa segundo curso de sumillería, asegura que el proyecto no ha hecho más que empezar. Han encontrado el apoyo de bodegas y DO con las que han colaborado para las primeras botellas. Han sacado al mercado un
blanco, un rosado, un tinto y un cava. Los han elaborado con Valiourt, Cooperativa Agrícola Falset Marçà, Viladellops Vinícola. Mas de l’Abundància y Correria de l’Escala Dei. Los vinos llevan el nombre la pareja y de sus dos hijos, Ferran y Montse, y cuentan, en una breve leyenda, cómo cada uno de ellos afronta la enfermedad de Pau. Parte de los beneficios irá destinada al estudio de enfermedades neurodegenerativas. Están convencidos de que es posible hacer un negocio solvente que permita la concienciación social. “Queremos hacer vinos en muchos otros lugares, también fuera de España, siempre vinculados al paisaje del lugar”. Vinos de la tierra con conocimiento y con causa.