Deutsche Bank y Axel Springer se repliegan en Rusia
DB cierra la banca de inversión y la publicista vende sus medios
La compleja situación de la economía rusa y el aumento de la inseguridad jurídica están provocando el repliegue de algunos de los mayores inversores alemanes en el país. Ayer Deutsche Bank y Axel Springer, el primer banco germano y la primera empresa de comunicación, anunciaron un importante repliegue de su actividad, cuando no el cierre definitivo de sus operaciones.
Deutsche Bank comunicó ayer el cierre de su división de banca de inversión en Rusia, lo que comportará el despido de sus 200 empleados (su plantilla en otras áreas de la entidad financiera en Rusia es de 1.300 empleos). La decisión es el resultado de la voluntad del grupo alemán de reducir su pre- sencia en aquellos mercados con mayor riesgo para reducir costes. Deutsche Bank es ahora mismo el banco extranjero con mayor presencia en Rusia, pero ha registrado un importante descenso de los beneficios como consecuencia de la recesión en la que ha entrado la economía.
Deutsche Bank en Rusia es obje- to de una investigación por blanqueo de capitales y recientemente despidió al responsable de esta división. Está en marcha una investigación interna. El banco ha señalado que seguirá atendiendo a los clientes rusos de grandes patrimonios a través de sus oficinas en el exterior.
Según fuentes financieras, el actual copresidente de Deutsche Bank, John Cryan, planea reducir hasta un 25% del empleo global del grupo.
En el caso de Axel Springer ha sido la creciente hostilidad del Kremlin hacia las empresas de comunicación internacionales lo que ha llevado al primer grupo alemán de comunicación a vender sus publicaciones en Rusia, entre ellas la Russian Forbes Magazine. Rusia adoptó en 2014 una nueva legislación por la que el capital extranjero en las empresas de comunicación rusas será de un máximo del 20%. El Kremlin ha argumentado esta restricción por razones de seguridad. La ley entrará en vigor el próximo 2017, pero Axel Springer ha aprovechado la coyuntura para cerrar sus publicaciones en aquel país.
En la práctica, los analistas del sector consideran que la nueva legislación debe leerse en el contexto de las crecientes restricciones a la libertad de expresión en la Rusia de Vladímir Putin. Con frecuencia, los medios de propiedad internacional han sido más críticos con las políticas del Gobierno que los medios controlados por empresarios cercanos al Kremlin.
La empresa de comunicación vende todas sus publicaciones ante las restricciones a la propiedad