El retorno del ídolo de los 80
SU CANCIÓN ‘NEVER GONNA GIVE YOU UP’ LE CONVIRTIÓ EN UN MITO Y A LA VEZ ESE ÉXITO MUSICAL ESTUVO A PUNTO DE DEVORARLE
Rick Astley es un mito, quizás no por su decisiva contribución a la historia de la música popular, sino, y de un modo indudable, como parte integrante de la memoria sentimental de una generación de aficionados a la música, al ocio y a la vida.
Aunque su nombre desapareció hace años de las cimas de la actualidad, Rick Astley no había abandonado la música. Eso sí, ha habido un prolongado periodo en su biografía en donde se distanció radicalmente de la música, algún decisivo momento en que reorientó sus prioridades vitales. Ahora sigue al pie del cañón con perseverancia, ideas claras y encomiable actitud. Consciente de su sitio y su contribución, haciendo conciertos y giras, como la que está ofreciendo estos días en España, donde el miércoles arrancó en Oviedo un periplo de seis actuaciones que el próximo viernes le traerá al escenario de la barcelonesa sala Apolo. Una gira que él contempla más como un pequeño
tour por España, un país que le encanta, y que va a aprovechar para disfrutar del clima y “del hecho de que los músicos que me acompañan en los conciertos son los mismos que trabajan conmigo desde hace muchos años. Quiero decir que además de músicos, que conocen muy bien el repertorio, somos también buenos amigos, y eso quiere decir que contemplamos estos conciertos como una gran oportunidad para disfrutar de España, del clima, de su buena mesa”. Lo comenta telefónicamente desde su domicilio en las cercanías de Londres, con un inglés impecable y una muy cordial predisposición. Suena satisfecho y hasta feliz.
Astley, que en febrero del año que viene cumplirá medio siglo de vida, es un compendio de muchas cosas. Hay que mirar hacia atrás, varias décadas, para entrever la magnitud de su éxito. Con una sola canción, Never gonna give you up en 1987 se convirtió de la noche a la mañana en una celebridad, un bombazo que se encaramó en lo más alto del hit parade de –eso dice Wikipedia– veinticinco países. Es decir, que con sólo 21 años el chaval con cara de chaval de Newton-le-Willows que subió directo al número 1 y se mantuvo en esa posición durante cinco semanas y lo catapultó como estrella del pop mundial, sigue manteniendo el récord de haber sido el único solista masculino que ha tenido sus primeros ocho singles en el top ten británico. Farragoso quizás, pero ello quiere decir que cuando en 1993 decidió retirarse de la industria musical con sólo 27 años llevaba vendidos cuarenta millones de discos.
En su momento, el cantante y también compositor justificó su autoretiro asegurando que su miedo casi terrorífico a volar le impedía seguir haciendo las giras por medio mundo que la fama le exigía. Sin embargo, aquello no fue más que una excusa, ya que había razones más profundas que le impelieron a esa especie de retirada autoimpuesta, es decir, que esa aprehensión a volar en realidad era un síntoma inequívoco de que ya estaba harto de ser una pieza más del engranaje musical. Astley, que está casado con la productora cinematográfica danesa Lene Bausager y con la que tiene una hija de 23 años llamada Emilie, reconoce ahora que “en aquella época, hace unos veinte años, llegó un momento en que sentí que no quería seguir haciendo lo que hacía. Quería quedarme en casa y creo que esa deseo tan fuerte provocó en mí el desarrollo de ese miedo cerval a volar en aviones, algo que hasta entonces hacía prácticamente a diario”, recuerda. “Era posiblemente algo psicosomático, y la cosa fue evolucionando hasta el punto de que lo que deseaba realmente era que- darme en casa con mis zapatillas rodeado de mi familia”.
“Creo que muchas cosas pasaron demasiado rápidamente para mí en un tiempo en que aún era relativamente joven. Incluso en aquellos días, la industria de la música era un mundo que te sometía a una presión abrumadora, sin pausa”, reflexiona sin aparente resentimiento. “Me convertí en alguien muy famoso de forma muy veloz y para mí esa situación era casi explosiva, constantemente en ebullición, sin pausa ni una próxima parada en el horizonte”. Y no duda ahora, con la perspectiva que da el paso del tiempo, que “cuando te conviertes en alguien famoso a ese nivel, le aseguro que prácticamente no puedes traspasar la puerta de tu casa. No puedes disfrutar de esa fama”. ¿Y cómo se vive ahora? ¿la gente no le reconoce? “Es maravilloso, se lo aseguro. Camino por las calles del barrio donde vivo y ya no le digo si estoy en el extranjero: prácticamente nadie me mira ni, muchísimo menos, me para. Es fantástico. No tiene precio”.
Parece, pues, que no le costó mucho tomar la decisión de abandonar el mundanal ruido musical, aunque estuviese instalado en su particular nube gracias a la fama que le había reportado otras canciones como Together forever, Take me to your heart, Whenever you need somebody, When I fall in love, She wants to dance with me, Hold me in your arms o The ones you love. Títulos que está interpretando en esta minigira española en su totalidad. “A mí no me aburre en absoluto cantar siempre esas canciones una y otra vez porque soy consciente de que la gente que viene a verme lo hace porque quiere escuchar precisamente esas canciones. Por eso mismo, mi repertorio habitual y de estos conciertos españoles estará prácticamente basado en esos grandes éxitos y quizás en un par de temas nuevos. Pero ya le digo, no me parece nada mal cantar esas canciones porque de eso se trata precisamente, y por eso siempre procuro hacerlo lo mejor posible para que la gente que venga pase un buen rato”.
Su regreso a la actualidad aconteció sobre todo en el 2008 gracias al Rick rolling, una especie de broma viral por la que cada vez que uno abría un vídeo de YouTube en lugar de salir lo que buscaba salía el vídeo de Never gonna give you up, su canción más gloriosa y famosa. Y así sigue, cantando y aplicando su encomiable filosofía: “Yo he tenido la libertad de tomar mis propias decisiones gracias a la música. ¡Y lo bueno es que me pagan por hacer lo que más quiero! ¿Qué más puedo pedir?”.
Con 27 años ya había vendido 40 millones de discos y decidió retirarse por su terror a viajar en avión El cantante británico está recorriendo escenarios de medio mundo con los ‘hits’ que le encumbraron