UNA PELOTA DE BARRO
El tan corrupto como todopoderoso imperio del presidente de la FIFA, Sepp Blatter, se desmorona ahora a marchas forzadas.
Ha caído en tres meses el férreo régimen de Sepp Blatter, el presidente de la FIFA y su número dos, Jérôme Valcke, tras 17 años de poder absoluto garantizado por el intercambio de votos por sobornos. Pero no queda nada claro que, con la inculpación de Blatter por delitos relacionados con pagos ilegales en la federación y el cese de Valcke por presunto fraude, habrá caído también el sistema clientelar inventado por el patriarca brasileño João Havelange, que gobernó la FIFA de 1974 a 1998, y perfeccionado por Blatter desde entonces. Lo cierto es que el thriller policíaco que se estrenó con la detención de 14 ejecutivos de la FIFA y sus clientes empresariales en el hotel Baur au Lac de Zurich a finales de mayo corre el riesgo de convertirse en otra película. “Si no lo toman muy en serio, esto puede ser el Gatopardo”, dice Alan Tomlinson, catedrático de la Universidad de Brighton y autor del libro FIFA: los hombres, los mitos y el dinero. “Que todo cambia para que todo siga igual”.
Blatter y Valcke son los dos peces más gordos atrapados en la red tendida por las fiscalías de EE.UU., Suiza y Brasil desde la operación de mayo. Esta semana ha sido de infarto en Zurich. Primero salieron a la luz cientos de correos electrónicos remitidos por Valcke que parecían probar que este francés de 55 años se había beneficiado personalmente de la reventa de entradas VIP del Mundial de Brasil en 2014 por precios cuatro o cinco veces más altos que su valor oficial, un negocio que Valcke calificó en un correo como “mi propio fondo de pensiones”. Luego cayó la bomba. En la tarde del viernes, la policía suiza, tras registrar la oficina de Blatter en la lujosa sede de la FIFA en Zurich, abrió un procedimiento criminal por apropiación indebida y administración desleal contra el patriarca del futbol mundial. Valcke fue destituido tras la publicación de los correos y el cese de Blatter –que en cualquier caso había anunciado su retirada de la presencia en febrero del 2016– parece imposible de evitar. “Ya hubo muchos indicios de que Blatter entregaba dinero a las confederaciones en América Latina, África y otras; él se defendía alegando que era su propio dinero y nadie hacía más preguntas”, dijo Tomlinson. “Ahora el comité de ética tendrá que cesarle ya de manera sumaria”.
Pero cualquiera que piense que la caída de Blatter y Valcke supone el fin del clientelismo y la corrupción en la FIFA bajo un nuevo presidente reformador sólo tenía que detenerse un momento en los detalles de los cargos contra Blatter. Por un lado, se le acusó de firmar un contrato con representantes de la Confederación del Caribe, Centro y Norteamérica (Concacaf), seguramente el caribeño Jack Warner, el más notorio de los presidentes corruptos de confederaciones en América latina, África y Asia que siempre han condicionado su apoyo a Blatter y Valcke a la concesión de favores lucrativos. Pero “eso no es noticia; sabíamos que Warner se beneficiaba de contratos extraños pero aún no queda claro si Blatter se beneficiaba personalmente”.
Es el otro cargo de la policía suiza el que hace pensar que el futuro de la FIFA puede ser tan sucio
FUTURO OSCURO No queda nada claro que con el fin del régimen de Blatter se termine con la red clientelar en la FIFA LA VORÁGINE Esta última semana ha sido de infarto en Zurich, tras la revelación de correos que salpicaban a Valcke
como su pasado. Porque se acusa al presidente de hacer en febrero del 2011 un “pago desleal” de 2 millones de euros en beneficio de nada menos que Michel Platini, el presidente de la UEFA y el candidato con más posibilidades de sustituir a Blatter en las elecciones de febrero. “Hay que recordar que Platini apoyó la primera candidatura de Blatter a la presidencia de la FIFA en 1998, hay una foto de entonces de Platini, recién retirado del fútbol, sujetando una pelota junto a Blatter. La candidatura de Platini está ya en entredicho”, dice Tomlinson.
La sede de la FIFA ha sido desde mayo el terreno del sálvese quien pueda. “Nadie contesta una pregunta, ni las más sencillas sin consultar a su abogado”, dijo un periodista en Zurich. En ese contexto, no cabe descartar que el descubrimiento de los documentos relacionados con ese pago a Platini fuera una consecuencia de información facilitada por Valcke. A fin de cuentas, el origen de los correos que forzaron el cese de Valcke era Benny Alon, exjugador israelí, consultor de JB Sports Marketing, una de esas empresas de marketing deportivo con tufo a podrido que se han situado en el ojo del huracán del escándalo. Y Alon es un estrecho colaborador de Platini desde el Mundial de Francia de 1998. “Alon se deshacía en elogios hacia Platini cuando presentaba las acusaciones contra Valcke”, dice Jamil Chade, autor de “Sobornos, política y fútbol”, un libro inédito sobre la FIFA que saldrá a la venta el mes que viene. Puesto que Valcke era el posible candidato de Blatter a la presidencia “Alon tenía incentivos claros para derribar a Valcke porque apoya a Platini”, dice Chade. “Así es la FIFA”, añade. “Nada se hace para limpiar el fútbol, sólo para matar a un rival en la batalla interna”.
UN CANDIDATO EN APUROS Tras los interrogatorios del viernes hay expertos que dicen que la candidatura de Platini está en entredicho EL MIEDO En la sede de la FIFA ya nadie contesta ni a las preguntas más sencillas sin tener un abogado
Así es la FIFA, una estructura calificada por el Departamento de Justicia de EE.UU. como una
organización raco, es decir una racketeering and corrupt organzation, (organización corrupta de latrocinio generalizado). Y como suele ocurrir en organizaciones cuasi mafiosas, cuando las guerras internas estallan es el principio del fin. Desde la redada de mayo en Zurich, la justicia en EE.UU. cuenta con informadores próximos a Valcke y Blatter que están colaborando con los fiscales. Loretta Lynch, la secretaria de Justicia, ha dicho que la investigación estadounidense sólo acaba de empezar y que caerá más gente. “Blatter es el capo, el Tony Soprano, Valcke es el brazo derecho; con más incentivos para meter la mano en la caja” , dijo Rogan Taylor, director del centro de Football Industry de la Universidad de Liverpool. “La cuestión clave ahora es ésta: ¿Valcke estaría dispuesto a ir contra Blatter?”, se pregunta Tomlinson.
El cerco ya había empezado a cerrarse en torno a Valcke antes de los correos de Benny Alon. En junio fue acusado por el Departamento de Justicia de EE.UU. de haber dado luz verde a supuestos sobornos por 10 millones de dólares pagados a Jack Warner para garantizar el apoyo a la candidatura de Sudáfrica en el Mundial del 2010. Esto fue el desencadenante del anuncio de Blatter ese mismo día de que se retiraría de la presidencia de la FIFA en febrero del 2016, pese a haber sido reelegido por quinta vez sólo dos días antes. Valcke era el responsable de la polémica doble elección de dos países autocráticos, Rusia y Qatar, para los Mundiales de 2018 y 2022, plagada ya de acusaciones de soborno. Valcke –que se conoce al igual que Blatter por sus poderes de seducción pero también por una excesiva seguridad en sí mismo– , causó estupor en el 2013 al anunciar alegremente: “Voy a decir algo que es un poquito loco; a veces menos democracia es mejor para organizar un Mundial de fútbol”.
Cabe esperar que llegue gente con más talante democrático a la presidencia de la FIFA. Pero no está garantizado. Chade destaca que Platini no ha dado señales durante sus ocho años en la presidencia de la UEFA de ser el reformador radical que la FIFA necesita. No ha cuestionado los puestos vitalicios a la cabeza de las federaciones de fútbol. Ángel Villar, por ejemplo, el presidente de la Federación Española (y vicepresidente de la UEFA y la FIFA también), lleva desde 1988 al mando del fútbol español. Platini tampoco ha hecho públicos los montantes de los paquetes de remuneración de los amos del fútbol europeo. “Platini si gana no va cambiar gran cosa en la FIFA”, apostilla Chade. Los otros candidatos tampoco parecen revolucionarios de la transparencia. Chung Mong Joon, heredero de la multinacional coreana Hyundai, puede ser un excelente gestor empresarial pero el modelo del chaebol (corporación coreana) tampoco parece ser el mejor para crear una FIFA transparente. Mientras el príncipe Ali de Jordania no procede de un país conocido por su cultura democrática. Zico, el excrack brasileño que cuenta con el apoyo del reformador brasileño, otro excrack, ahora senador Romário, habría sido quizás el candidato del cambio, pero ha denunciado que el sistema electoral apenas le permite competir. Se cierra el plazo para presentar más candidaturas el 24 de octubre.
Blatter es sólo la cara visible de una serie de problemas estructurales basados en relaciones clientelares y sobornos a cambio de poder y votos, explica Mark Pieth, de la Universidad de Basilea, que encabezó el intento por aplicar una reforma transparente en la FIFA. “Hace falta la separación de poderes administrativos y comerciales y muchas otras reformas. Pero eso requiere un gran celo reformador”, concluye.
LOS TOPOS La justicia de Estados Unidos cuenta con informadores próximos a Blatter y Valcke EL TALANTE En 2013 Valcke dijo: “A veces menos democracia es mejor para organizar un Mundial de fútbol”