Me faltó el manual
Ahora que estamos en la gran fecha; ahora que cada ciudadano tiene decidido su voto o su abstención voluntaria; hoy que es el 27-S, el día de la gran decisión, dejadme decir que a estas elecciones les ha faltado una cosa: un manual, una guía del ciudadano para ejercer su derecho a un voto documentado. Ha sido una campaña dura, emocionante, con momentos divertidos y momentos dramáticos, pero ha sido la campaña de las contradicciones y, si se me permite, la campaña de la gran desinformación. Hubo tantas verdades, medias verdades y falsedades como mítines. Los deseos personales o de partido sustituyeron a la exposición honrada de los efectos. Un asunto tan crucial como seguir en Europa dependió del signo político del orador. Tenemos tantas leyes que no sabemos las leyes que tenemos y el presidente de España no sabe si se puede mantener la nacionalidad española en caso de independencia. Las consecuencias económicas serán desastrosas si quien las calculó era españolista, pero serán maravillosas si el discurso era soberanista. Y la misma contradicción si se hablaba de seguridad ciudadana, de fondos bancarios, de exportaciones, de inversiones, de pago de la deuda o de cobro de las pensiones. Unos agitaron el fantasma de Grecia para Catalunya y otros veían la felicidad de Mónaco, pero en república. Me faltó esa autoridad imposible en política: la autoridad que dictamina cuál es el horizonte previsible desde datos objetivos. Sí, me faltó el MAV, el Manual de Aproximación a la Verdad.
A estas elecciones les ha faltado una guía para ejercer el derecho a un voto documentado