Con el mono de trabajo
Un Barcelona sabedor de los errores cometidos frente al Celta saltó al terreno de juego convencido de que lo que no podía faltar era competitividad.
La puesta a punto. Durante el encuentro quedó claro que el Barcelona está lejos de disfrutar del mejor estado de forma. Y lamentablemente para sus seguidores, este hecho también los está mermando psicológicamente. A día de hoy se denota una gran falta de confianza y como la toma de decisiones es lenta, todo cuesta más de lo normal. Un Las Palmas muy bien situado y estructurado por su entrenador Paco Herrera generó muchas más dificultades de las previstas. Los jugadores visitantes pecaron durante su transición de pelota de realizar pases erróneos y eso con un Barcelona en buen estado de forma y convencido de sí mismo hubiera sido letal. Pero las cosas están como están y a los azulgrana les cuesta mucho moverse como conjunto. Las decisiones son lentas o no existen y todo esto afecta al juego con balón o sin él. Al final ni los movimientos para el desmarque o para arrastrar rivales, ni los intentos de uno contra uno aparecen. Generando una dinámica negativa, los azulgrana dudan y el rival cree cada vez más en sus opciones.
Y si hubo un jugador que huyó de esta dinámica fue sin duda alguna Sergi Roberto. El único que decidió que el éxito está relacionado íntimamente con la toma de decisiones. De inicio un jugador feliz por su titularidad continuada. Además recuperando la posición de lateral donde está evolucionando positivamente. Y desde ahí fue adueñándose de la banda derecha con una lectura muy inteligente. Porque el día del Celta estando situado en una posición más avanzada, le costó más progresar ofensivamente. Pero Sergi ha aprendido que tiene mucho más que hacer si llega de posiciones retrasadas que si está más avanzado. Y la razón es clara. Sergi es un jugador con una carrera larga interesante pero sin cambio de ritmo. Por lo tanto no puede partir de parado ya que así no superará a su rival. En cambio si ya viene lanzado es muy diferente. Y como tiene una gran visión del terreno de juego durante esa carrera que le proyecta hacia el espacio donde irá el balón tiene tiempo para valorar cuál puede ser la mejor opción que escoger. Y si le añadimos su capacidad técnica para el manejo del esférico le convierte seguramente en un lateral ideal para el juego ofensivo.
Asumir el rol. Es cierto que dentro de esta vulgarización de su juego, todos los azulgrana se pusieron el mono de trabajo. No fue igual que el partido frente al Celta ya que la concentración y la intensidad fueron diferentes. Pero con un centro del campo con Busquets y Mascherano, la responsabilidad de la creación del juego debió caer en la figura de Rakitic. Y aunque en la segunda mitad despertó algo, la realidad es que su participación debió ser mayor. Al igual que Neymar que ante la ausencia de Messi lo lógico es que hubiera dado un paso adelante, marchándose de la banda para participar más.