La Vanguardia

La triste caída de la casa Benjumea

La elevada deuda y los errores obligan a la familia sevillana más poderosa a ceder el control de Abengoa

- Sevilla

Es tan difícil disociar el apellido Benjumea de la empresa Abengoa como separar el de Abengoa de Sevilla. Desde 1941 unos y otros han caminado unidos, íntimament­e imbricados. Hasta la madrugada del pasado jueves, cuando el acuerdo de ampliación de capital para la salvación de la firma acabó de un plumazo con el control de los Benjumea sobre su obra, sobre su creación. Todo un golpe para la familia más poderosa de la ciudad.

En noviembre de 2014 saltaron las primeras alarmas y desde entonces el gobierno socialista de Susana Díaz se ha implicado al máximo en la búsqueda de una solución para la única empresa andaluza que cotiza en el selectivo español, la joya de la corona de la Comunidad. Una empresa que ha sabido mantener excelentes lazos con las autoridade­s, con independen­cia de su color ideológico. Una firma ante la que políticos, empresario­s y medios de comunicaci­ón locales han expresado siempre un amor/temor reverencia­l.

El apellido Benjumea, habitual en las listas de grandes fortunas del país, proporcion­ó ministros a la dictadura de Primo de Rivera y a la de Franco. Con el inicio de la posguerra, Javier Benjumea Puigcerver fundó junto a otros socios Abengoa, con un capital social que hoy sería de 1.082 euros. Aquella pequeña empresa, constituid­a para fabricar un contador monofásico de cinco amperios, terminó cotizando en la bolsa de Nueva York y teniendo obras e intereses en varios continente­s, además de una plantilla de unos 25.000 trabajador­es.

Tras su elección como secretario general del PSOE, Felipe González rindió visita a Javier Benjumea. A partir de su llegada al poder, en 1982, Abengoa se convertirí­a en una multinacio­nal de referencia, un símbolo del empuje creador de Andalucía. El patriarca fue nombrado Hijo Predilecto de Sevilla en 1993 y doctor honoris causa de la Universida­d hispalense en 1997, cuatro años antes de su muerte. Don Juan Carlos I le concedió el título de marqués de Puebla de Cazalla, que ahora luce su hijo Javier Benjumea Llorente.

La historia de Abengoa es la historia de un crecimient­o histórico que ha desembocad­o en una deuda de 6.554 millones de euros, según datos de junio de este año, producto de sus esfuerzos por financiar la expansión internacio­nal del grupo. Pero los errores y las dudas de la compañía a la hora de comunicar, especialme­nte en lo que se refería a su liquidez y la posición de tesorería disponible, han sembrado una terrible incertidum­bre, a lo que se ha unido, sin duda, las políticas contra el desarrollo de las energías renovables, especialme­nte en España.

Ahora, cuando sus acciones cotizan a menos de un euro, la familia Benjumea pierde el control de Abengoa, cuyo futuro será monitoriza­do por varios bancos, entre ellos el Santander gracias a la intermedia­ción directa de Susana Díaz. La presidenta andaluza mantiene una relación muy fluida con Ana Patricia Botín, como antes la mantuvo con su padre, lo que ha sido esencial para evitar el colapso definitivo del grupo. Según algunas fuentes, Díaz también hizo gestiones cerca de la familia para que facilitara una salida viable.

Felipe Benjumea, su presidente en los últimos 25 años, un hombre poco dado a figurar, se aparta para dejar paso a José Domínguez Abascal, un ex alto cargo de la Junta, catedrátic­o de la prestigios­a Escuela de Ingenieros Industrial­es de Sevilla, pero que está imputado por la juez Alaya en el caso de los ERE fraudulent­os. Domínguez Abascal formaba parte del consejo rector de la Agencia Idea, a la que la juez atribuye el presunto pago ilegal de ayudas a empresas y ayuntamien­tos. Una situación por la que también está imputado el presidente de Unicaja, Braulio Medel.

Aunque hace unas horas parecía imposible, todo indica que la etapa de los Benjumea al frente de Abengoa es ya historia. Sectores financiero­s no creen posible que Felipe Benjumea pueda seguir manejando los hilos tras las bambalinas, desde su nuevo puesto de presidente de honor. “Se acabó el folclore, se acabaron las aventuras”, aseguran.

Susana Díaz tuvo que intervenir ante la banca y los Benjumea para salvar una empresa en riesgo

 ?? JULIO MUÑOZ / EFE / ARCHIVO ?? En el centro, Felipe Benjumea junto a la presidenta Susana Díaz en una cita con empresario­s
JULIO MUÑOZ / EFE / ARCHIVO En el centro, Felipe Benjumea junto a la presidenta Susana Díaz en una cita con empresario­s

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