El movimiento democrático de Hong Kong decae un año después
Pocos conmemoran la revuelta del 2014 mientras Pekín refuerza su autoridad
Hong Kong celebra hoy la fiesta del Medio Otoño en una atmósfera de turbación. El movimiento democrático conmemora, confundido y sin fuerzas, el primer aniversario de las protestas que sacaron a la calle a miles de manifestantes para reclamar a Pekín la implantación del sufragio universal. Las autoridades comunistas lanzan, a su vez, mensajes para reafirmar su autoridad sobre la ex colonia británica. La brecha cada vez es más amplia.
Los estudiantes de Hong Kong han vuelto a salir a la calle este fin de semana. La Federación de Estudiantes Universitarios y Scholarism, las organizaciones que el año pasado lideraron las protestas multitudinarias para reclamar a Pekín que implantará el sufragio universal para las elecciones al jefe del Ejecutivo local del 2017, han organizado actos para recordar aquellas concentraciones, que mantuvieron bloqueado el centro financiero y comercial de Hong Kong 79 días.
Pero un año después, poco queda de aquella revolución de los paraguas, bautizada así porque los estudiantes usaban este accesorio para protegerse de los gases lacrimógenos que les tiró la policía el 28 de septiembre para dispersarlos. Frente a la misma sede del Ejecutivo, que miles de jóvenes rodearon en el 2014, se concentraron este fin de semana sólo unas cuantas decenas de ellos para conmemorar aquellas protestas y discutir acciones futuras.
Era la confirmación de que el desánimo se ha apoderado de los líderes de este movimiento. Pesimismo causado por la intransigencia de las autoridades locales y de Pekín a sus reivindicaciones.
“El campo democrático se siente perdido y confundido sobre su liderazgo y tipo de medidas que debe adoptar en la lucha por la democracia”, dijo Chan Kin Man, profesor universitario y uno de los líderes del movimiento Ocupar Central a la Radio Televisión de Hong Kong (RTHK). “Probablemente no habrá ningún movimiento de ocupación a gran escala en el futuro”, sentenció.
Joshua Wong, el líder de Scholarism y uno de los rostros de la revolución de los paraguas apuesta en cambio por una estrategia a largo plazo. Es partidario de animar a los jóvenes a entrar en política y a buscar apoyos en el exterior. “Nuestro fracaso del año pasado me motiva a combatir por la autodeterminación”, dijo. Reflexión orientada al 2047, cuando Hong Kong dejará de disponer de la autonomía de que goza ahora.
Pero los mensajes que emanan de Pekín muestran que cada vez es mayor la brecha entre los dos sectores. Hace unos días, Zhang Xiaoming, representante de Pekín en Hong Kong, causó una gran polémica al cuestionar la separación de poderes y señalar que el jefe del Ejecutivo, Leung Chun Yin, está por encima de ellos.
La respuesta de las autoridades judiciales de la ex colonia no se hizo esperar. El máximo responsable de la judicatura, Geoffrey Ma, y su antecesor, Andrew Li, subrayaron la independencia de la justicia y recordaron que en Hong Kong nadie está por encima de la ley. No obstante, las cada vez más frecuentes injerencias de Pekín alarman a los hongkoneses, recelosos de perder autonomía.
El representante de Pekín causa una gran polémica al cuestionar la separación de poderes en la excolonia