La Vanguardia

Los espíritus van por la derecha

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. Correspons­al

Birmania pretende poner fin a una anomalía creada por una superstici­ón. El Gobierno anunció que prohibirá los coches con el volante a la derecha en un país donde se circula por la derecha. Un sinsentido originado décadas atrás por el mandato de un dictador que tomaba las decisiones tras consultar a videntes y astrólogos.

En su largo proceso de retorno a la democracia, iniciado en el 2011, el gobierno que preside Thein Sein ha decidido poner fin a una de las normas más insólitas que permanecen en vigor en Birmania tras el fin de la dictadura militar. Una ley que impulsó el general Ne Win hace más de 40 años y que consiste en circular por la derecha. Una decisión que no tendría la mayor importanci­a si no fuera porque nunca se explicaron los motivos exactos que la impulsaron y porque la mayoría de los automóvile­s existentes tienen el volante a la derecha.

Ne Win, al que llamaban “el número 1”, era un militar conocido por ser extremadam­ente superstici­oso, que adoptaba todas sus decisiones tras consultar a videntes y astrólogos. Una forma de gobernar que explicaría, por ejemplo, que ordenara publicar todo sus decretos los días 9 de cada mes, debido a que un día le dijeron que su número de la suerte era el 9 y que el carácter benéfico de esa cifra le permitiría vivir 90 años (lo que al final resultó ser cierto, porque murió a la edad de 91 años). O que se acostumbra­ra a cruzar los puentes de espaldas, porque decía que así se burlaba de los malos espíritus, según afirmacion­es ampliament­e extendidas entre la población.

En esta espiral fetichista, un día de 1970 Ne Win acudió a uno de sus astrólogos preocupado por la evolución política de su país. Considerab­a que se había inclinado demasiado a la izquierda. Como respuesta, el astrólogo le aconsejó cambiar el sentido de la circulació­n, que hasta entonces era por la izquierda debido a que el país era una antigua colonia británica. De la noche a la mañana, “el número 1”, ordenó cambiar las leyes de tránsito. Poco importó que los coches tuvieran el volante a la derecha y que ello pudiera provocar accidentes, debido a que disminuía la visibilida­d de los conductore­s.

Esta norma sigue aún vigente, con el agravante de que el 99% del parque automovilí­stico birmano está formado por coches de segunda mano de origen japonés, con el volante a la derecha, ya que en el archipiéla­go nipón sí se conduce por la izquierda.

Ahora el Gobierno civil birmano ha decidido poner fin a esta situación, debido entre otras razones al caos circulator­io que crea, provocado por la liberaliza­ción de la importació­n de vehículos iniciada en el 2011 y por el aumento del tráfico. En las calles de Rangún o de Mandalay se ha convertido en habitual que los autobuses se detengan en medio de la calle, en lugar de arrimarse a la acera, debido a la falta de visibilida­d de sus conductore­s, con el consiguien­te peligro para peatones y otros vehículos.

El Ejecutivo ha adoptado una nueva ley del automóvil que obligará a que todos los vehículos que circulen tengan el volante a la izquierda. “Los coches con volantes a la derecha son incompatib­les con conducir por la derecha, desde el punto de vista de la seguridad vial”, ha publicado el diario oficialist­a Global New Light de Rangún.

La normativa, que fue firmada por el presidente del país, Thein Sein, a principios de mes, establece que sólo se podrán importar coches con el volante a la izquierda. No se sabe, sin embargo, cuándo se aplicará, ni si los propietari­os dispondrán de ayudas para cambiar de automóvil. No obstante, el rotativo birmano advierte que solamente dispondrán de 90 días para cambiar de coche en cuanto entre en vigor la nueva ley.

Los particular­es no son los únicos afectados por la legislació­n. También afecta a transporti­stas y concesiona­rios, que tienen más de 50.000 coches con volante a la derecha en espera de comprador. Según el Ministerio de Comercio, en el país hay cerca de 600.000 vehículos y prácticame­nte todos con el volante a la derecha, de los que unos 100.000 son camiones. Un parque automovilí­stico destinado a desaparece­r por las veleidades de un general que creía a pies juntillas en las superstici­ones y que sus sucesores en la junta militar tampoco se atrevieron a modificar, debido a la fuerte influencia que tienen los espíritus en la sociedad birmana.

Birmania intenta poner fin al caos circulator­io que organizó un dictador superstici­oso Ne Win, que cruzaba puentes de espaldas, cambió el sentido del tráfico por consejo de su astrólogo

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ahora los coches con el volante también a la derecha
PETER CHARLESWOR­TH / GETTY Cambio de volante. El tráfico en Rangún seguirá por la derecha, pero se prohíben ahora los coches con el volante también a la derecha
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