Una noche triste con tu otra familia
¡Qué despliegue de prensa europea empezando por la alemana para cubrir los resultados del penúltimo partido en votos de unas elecciones catalanas!
Por fin, el procès ha levantado el vuelo internacional... ¡ Somos ya mittel europe!
Pero es sólo una vana ilusión como tantas perdidas en la noche, porque los colegas solo vienen a seguir al Bayer Leverkusen, que comparte hotel con el PP a la espera de su cita de la Champions.
Y es una coincidencia que agradezco, porque el lema en el autobús del Bayer (Die Andere Familie, tu otra familia) es lo más cálido en esta vigilia electoral que se va haciendo más oscura para el sanedrín catalán del PP a medida que avanza el recuento.
En la tele contemplamos con envidia la emoción y el calor de las multitudes en otras sedes y, para entretener la larga espera del recuento, jaleamos a los ninots virtuales de TV3: pedimos a gritos que el de Iceta se marque un mambo y saludamos la colosal desmesura del avatar televisivo de Albiol, mientras el recuento lo va de dejando cada vez más pequeñito.
De todas las historias sin historia de esta noche la más triste sin duda es la de... El militante... ¡Por fin llega uno! Y le acompaño animado hasta que el guardia de seguridad le pide credenciales y él confiesa apurado, que tuvo carnet, pero lo rompió hace unos años.
Vuelvo a la sala al ver a dos jóvenes y animosos diputados que atraviesan la sala camino de la sala contigua, donde el sanedrín pepero interpreta datos y prepara mensajes. Le garantizo el off the record a una diputada inteligente y prometedora, pero sólo me ofrece sus propias esperanzas: “Con este pedazo de participación no podemos quedar mal”... Su frase irá dándose la vuelta con el escrutinio hasta adquirir el sentido opuesto al que buscaba.
Sale otro joven diputado de la war room pepera y me vuelvo a animar, porque es de mi pueblo, pero sólo me da una propina: “Tal vez no sean grandes resultados, pero con Alicia en las encuestas no sacábamos ni la mitad”.
Y compruebo que mi paisano tiene recorrido, porque Albiol le toma prestada la letra para tapar la música de su derrota ante las televisiones: “Lo he hecho mejor de lo que decían las encuestas”.
El ambiente no mejora cuando llega el ministro del Interior y el candidato, a falta de éxitos propios –ya está claro que ha perdido ocho diputados–, habla del plebiscito fracasado de los otros.
Otros plumillas confirman después ante el ordenador que Albiol ha perdido hasta en Badalona, su pueblo. Y los colegas culés también se pierden en la noche esperando que al Bayer este hotel le traiga la misma suerte.
Nos sorprende la desmesura del ‘ninot’ de Albiol en TV3 mientras el recuento lo va encogiendo