La Vanguardia

Rajoy sólo se consuela en que el sí no llega al 50%

Casado pide a Mas que dimita por su fracaso o “gobierne para todos”

- CARMEN DEL RIEGO Madrid

Un fracaso sin paliativos, aunque se salven los muebles de la independen­cia al no obtener los partidos independen­tistas el 50 por ciento de los votos. “No tienen mayoría para seguir con un proceso que era ruinoso para los catalanes”, o “Mas debería dimitir por el fracaso obtenido o gobernar para todos los catalanes”, dijo Pablo Casado en la sede de Génova al filo de la medianoche.

Pero un resultado que pone en peligro las elecciones generales para el PP. Fue el primer análisis de dirigentes del PP que no ocultaron el revés que han supuesto las elecciones catalanas, a pesar de los mensajes de tranquilid­ad que transmitía­n desde el despacho de Rajoy: “Mañana todo sigue igual”, el Gobierno seguirá defendiend­o la unidad de España y la soberanía”, fue el mensaje del PP.

La dirección del PP, en público, ocultó su fracaso escudándos­e en que el independen­tismo no alcanzó el 50% de los votos y que Junts Pel Sí logró menos escaños de los que tenían hasta ahora CiU y ERC.

Pero en la dirección del PP la preocupaci­ón fue creciendo por la situación que se crea en Catalunya, con un independen­tismo con mayoría absoluta, y por el reflejo que estos resultados pueden tener en las generales. Con 11 diputados en el Parlament de Catalunya, y récord e participac­ión, reavalidar la Moncloa puede ser complicado. En las elecciones catalanas del 2010, las anteriores al triunfo del PP en las generales, los populares obtuvieron en Catalunya 18 diputados. Con un añadido: “Ciudadanos ha obtenido más votos de lo que nosotros hemos tenido nunca en nuestra historia”, se lamentaban ayer en el PP. Y hubo quien sacó otra conclusión: “La gente prefiere a Rivera más que a Rajoy” y eso sí que hace peligrar las elecciones. “Hasta Podemos nos ha ganado”.

Eso, empiezan a decir en el PP, tiene un responsabl­e, Mariano Rajoy, que optó por García Albiol como candidato, con un perfil muy definido de dureza y un estilo de campaña basado en la confrontac­ión, sin ninguna mano tendida, movilizaci­ón internacio­nal incluida y promover o por lo menos aplaudir las advertenci­as de los principale­s sectores económicos y políticos. Es lo que ayer decían dirigentes de la dirección del PP en privado, porque en público en la sede de la calle Génova, en Madrid, más bien guardaron todos silencio.

Rajoy se la había jugado todo a una carta y su partido, el PP, sacó el peor resultado de su historia, excepto en 1992, cuando obtuvo 7 escaños. A pesar de que la campaña del PP catalán ha pivotado sobre la dirección nacional, con constante presencia de ministros y del propio Rajoy, ayer Génova y la dirección nacional dejó al PP catalán dar la cara, en espera de que hoy analicen los resultados en una reunión del comité ejecutivo.

Cunde el temor en el PP de que la victoria en las generales puede peligrar

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