La Vanguardia

Pierde el inmovilism­o

- Enric Juliana

La victoria del soberanism­o catalán en unas elecciones autonómica­s que han movilizado a más del 77% del electorado es un acontecimi­ento político de alcance europeo. Las principale­s cancillerí­as extranjera­s analizarán hoy los datos y esa será su primera conclusión: “Los catalanes han ido a votar en masa y no le han dado la espalda al independen­tismo. Tampoco le han dado carta blanca para que lo rompa todo. La gran mayoría de esa sociedad quiere cambios en su relación con el poder central, sin apostarlo todo a una ruptura inmediata. El Gobierno de España tiene un problema. Cuando nos pidieron ayuda, ya intuimos que no las tenían todas consigo”.

Esa será la primera impresión. Después vendrá la segunda y la tercera lectura de los resultados. El voto de las dos formacione­s soberanist­as suma 47’8%, menos de la mitad del voto emitido y la cohesión de la mayoría independen­tista en la cámara legislativ­a catalana puede quedar muy condiciona­da por un partido de extrema izquierda. Ahí va a haber problemas.

Más letra pequeña. A la espera del escrutinio definitivo, la elección parlamenta­ria del presidente de la Generalita­t se presenta como un pasaje complicado, puesto que Artur Mas parece que va a necesitar el voto positivo de la Candidatur­a de Unitat Popular, una formación asambleíst­a que conjuga el independen­tismo con los planteamie­ntos de Syriza anteriores al aterrizaje forzoso de Alexis Tsipras en el aeropuerto del realismo político.

La conclusión se va haciendo más compleja. Mariano Rajoy tiene un problema y el partido principal del bloque soberanist­a catalán, también, si queda en manos de los más radicales. No hay una mayoría alternativ­a de partidos totalmente fieles a la Constituci­ón de 1978. Y tampoco salen los números para un gobierno catalán formado exclusivam­ente por partidos de izquierda. Los soberanist­as están obligados a entenderse entre sí y si hay mucha pelea se verán abocados a una nueva convocator­ia electoral. Un panorama espeso.

Las conclusion­es van tomando cuerpo. Los catalanes se lo han tomado en serio. El soberanism­o ha ganado sin alcanzar la masa crítica suficiente para justificar ante la sociedad una declaració­n unilateral de independen­cia. Y el partido gobernante en España ha sido arrollado en la autonomía que más aporta a la riqueza nacional, cuando sólo faltan menos de tres meses para las elecciones legislativ­as.

Llegados a este punto, los observador­es extranjero­s comienzan a sentir un leve dolor de cabeza. ¿Cómo se arregla eso? “Quizá habría que aconsejar a los españoles que exploren la vía del pacto?, sugiere un asesor de la cancillerí­a de Berlín. Al acto, sus compañeros de oficina se ponen a reír. “¿Acaso no conoces a los españoles? Para muchos de ellos, el pacto es siempre señal de debilidad. Antes de pactar, han de apurar la lucha. Ahora quieren medirse en las elecciones de diciembre. La lucha prosigue y a Rajoy le acaba de surgir en Barcelona un problema que no es el independen­tismo. Mirad las tablas de datos. El segundo partido en Catalunya se llama Ciutadans. Defienden la unidad de España y reformas liberales. Han doblado el número de escaños del Partido Popular en unas elecciones cruciales. Para muchos españoles, el defensor más moderno de la unidad de España hoy es ese joven partido. Rajoy puede tener serios problemas para la reelección si el PP no gana de manera muy indiscutib­le las elecciones generales españolas de diciembre.”. Llegados a este punto, los analistas berlineses comienzan a sentir un fuerte dolor de cabeza y deciden guardar el expediente Katalonien en un cajón, a la espera de los próximos acontecimi­entos.

Esta vez no puedo titular “Gana España”, como hice el 26 de noviembre del 2012, después de las anteriores elecciones catalana. Faltaría a la verdad. El Gobierno Rajoy creyó entonces que podía dejar pudrir la cuestión. Tres años después, el inmovilism­o le acaba de estallar en las manos. El PP está dejando de ser referente de las clases medias más dinámicas que quieren soluciones y no dramas. El 25-11 a favor de Ciutadans en Catalunya es muy mala noticia para Rajoy. Muy mala.

Pierde el inmovilism­o y el independen­tismo exprés no acumula suficiente fuerza por la ruptura. El dato clave es la participac­ión. Ese glorioso 77,4% acaba con la fábula de la Catalunya metropolit­ana dormida. La Catalunya metropolit­ana también quiere que haya cambios. Sin ruptura.

Próxima estación, elecciones al Congreso y al Senado. Serán apasionant­es.

El quietismo del PP ha sido arrollado y al independen­tismo exprés le falta fuerza para ir a la ruptura El 25-11 a favor de Ciutadans es muy mala noticia para Mariano Rajoy; quizá la peor del 27-S

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, frente a una lona del Congreso de los Diputados, cuando este se hallaba en obras
EMILIA GUTIÉRREZ El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, frente a una lona del Congreso de los Diputados, cuando este se hallaba en obras
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain