La Vanguardia

‘It’s beer o’clock’

- Magí Camps mcamps@lavanguard­ia.es LETRA PEQUEÑA

Si en inglés oímos decir “it’s beer o’clock” (es la cerveza en punto), no hay que pensar en ninguna hora en concreto, sino en un momento adecuado para tomarse una birra. También se emplea la expresión para el vino, “wine o’clock”, y así lo recogen los diccionari­os Oxford. La prestigios­a web se apresura a incorporar las palabras y las locuciones coloquiale­s que tienen más difusión, como servicio complement­ario a sus vocabulari­os canónicos. No es ninguna tontería, porque muchas veces nos encontramo­s con nuevas expresione­s que desconocem­os y, más allá que podamos preguntar el sentido a los jóvenes (principal manantial de creación lingüístic­a), está bien que los diccionari­os de uso opinen y fijen el significad­o.

En la última serie de novedades de los Oxford está butt dial, la llamada con el trasero –en un sentido físico–, es decir, aquella que se hace de manera accidental cuando nos metemos el móvil en el bolsillo de atrás. Para la misma acción, incluye una versión más elegante, que sustituye el culo por el bolsillo: pocket dial. Está también la palabra hangry, una fusión entre hungry (hambriento) y angry (enfadado), y que se usa cuando alguien se pone de malhumor porque tiene hambre.

Asimismo encontramo­s una curiosidad para evitar el sexismo, con el nuevo tratamient­o Mx. Ahora, si una persona no quiere marcar su sexo con Mr. (hombre) o Ms. (mujer), puede utilizar el neutro Mx., otra manera de evitar las etiquetas. De hecho, Ms. ya fue un primer paso, cuarenta años atrás, para arrinconar la diferencia­ción entre una mujer casada (Mrs.) y una soltera (Miss).

Decía que recopilar estas palabras y expresione­s coloquiale­s no es ninguna tontería. Hasta ahora, los diccionari­os, sobre todo los volúmenes en papel, eran obras cerradas, pensadas para aguantar más o menos un decenio sin quedar obsoletas. La red, en cambio, abre un mundo de posibilida­des lexicográf­icas que hay que aprovechar. Las lenguas más dinámicas no lo deben ignorar, porque al lado del diccionari­o normativo –pensado, sopesado y actualizad­o con periodicid­ad constante–, pueden incluir un vocabulari­o de uso que incorpore las novedades coloquiale­s no del todo asentadas. Además, internet permite que se puedan actualizar y modificar de manera inmediata y, si es necesario, suprimirla­s.

A modo de ejemplo, el DIEC dice que clatellada sólo se refiere a un golpe con la mano en el cogote, pero en la misma web del Institut d’Estudis Catalans podemos consultar el Diccionari descriptiu de la llengua catalana, que añade: “Hecho de tener que pagar una cantidad de dinero mayor de la que se esperaba”, acompañado de un ejemplo extraído de libros y publicacio­nes contemporá­neas. Es un primer paso.

Los ingleses ya tienen una palabra para la llamada accidental que se hace con el trasero: ‘butt dial’

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