El jardín sobre las vías de Sants toma forma
Las obras encaran la segunda fase para estar definitivamente listas a mediados del año que viene
Es una de las obras históricas de la ciudad que ha visto pasar ya a cuatro alcaldes (Joan Clos, Jordi Hereu, Xavier Trias y Ada Colau) y que ha embarrancado en muchas ocasiones. La urbanización del cajón de Sants –un jardín lineal sobre las vías– empezó a dibujarse en 2003 y el verano del año que viene debería ser una realidad. Las obras están muy avanzadas y uno de los tramos, el de la plaza Ramon Torres, está prácticamente ultimado. Los vecinos del entorno, que han tenido que soportar durante años la visión de un gran edificio de hormigón de 700 metros de largo, abandonado, empiezan a percibir los cambios. Tanto es así que reclaman poder pasear cuanto antes por la nueva zona verde. Pero, de momento, no hay previsión que el jardín, que está casi acabado, pueda entrar en servicio mientras no finalicen los trabajos de la segunda fase –desde Badal hasta Riera Blanca– que estarán listos en 2016.
A pesar del buen ritmo de las obras, quedan aún muchos flecos pendientes que el gobierno de Ada Colau deberá resolver cuanto antes. Se trata de la demolición de la casa okupa de Can Vies, desde donde parte una de las rampas de acceso a la cubierta superior. Está por ver lo que finalmente se hará con esta finca que cuenta con el rechazo de una parte de los vecinos que quieren su derribo para poder construir la rampa que sube hasta la cubierta ajardinada. Otro de los problemas que se plantearon el pasado mes de junio con la aprobación inicial de la tercera fase es la expropiación de 53 viviendas en la calle Burgos. Son estas cuestiones que deberían resolverse cuanto antes para evitar que la urbanización vuelva de nuevo a detenerse como ya pasó durante la época del Ayuntamiento de Xavier Trias.
Estas afectaciones están inclui-
A LA ESPERA DE INAUGURACIÓN Los vecinos reclaman poder pasear por el tramo que ya está acabado LOS PROBLEMAS Las expropiaciones de 53 pisos y Can Vies tienen paralizada la recta final del proyecto
das en la tercera fase de las obras, las que afectan al lado sur de la cobertura, donde se prevén diversas actuaciones de acceso a la gran zona verde.
De momento, ya se ha producido una primera reunión entre el Ayuntamiento y la coordinadora de asociaciones de Sants , que buscan pactar un calendario de expropiaciones y un presupuesto para dar cobertura a las familias afectadas. Apuestan por realojar a estos vecinos en las viviendas de protección oficial que se construyan en el recinto de Cant Batlló pero, según explica Jordi Clausell, miembro de esta entidad aún no han recibido respuesta municipal. Clausell cree imprescindible buscar una salida para los afectados antes de continuar las obras y por eso pide celeridad al nuevo Ayuntamiento. No desean que se frene la urbanización que llevan tantos años esperando. Además, algunos vecinos sostienen que puede considerarse un agravio comparativo mantener a los okupas en Can Vias y expropiar a unos vecinos. El Ayuntamiento, por lo pronto, asegura que la intención es que el presupuesto de 2016 incluya partidas para poder acometer la última de las fases de esta dilatada obra. Entre los afectados también se encontrarían varios aparcamientos.
La remodelación y la transformación que ha experimentado la zona a través del proyecto del arquitecto Sergi Godia –que recibió el encargo de Barcelona Regional– ya es bien visible. Los trabajos empezaron en octubre del año pasado y han avanzado rápidamente. Al lado de la calle de Sants, en la plaza Ramon Torres se ha construido una fuente ornamental luminosa de 10 metros de diámetro. Esta aún no ha entrado en funcionamiento, pero pretende convertirse en un elemento singular que funcione como puerta de entrada a la nueva zona verde.
A continuación se ha construido un umbráculo de 53 metros de longitud y, a la altura de la calle Jocs Florals, una gran pérgola que se cubrirá con placas fotovoltaicas que permitirán captar energía solar. La intención es que el parque sea autosuficiente. Para ello también se ha construido un depósito de aguas pluviales que servirá para regar todo el jardín de la cubierta. Se ha de decir que la urbanización de esta zona, que se licitó durante el mandato de Trias, mantiene algunos elementos smarts muy del gusto del anterior equipo de gobierno. Esta palabra ha sido ahora desterrada del vocabulario urbanístico de BComú. Aún así la reforma mantiene estos principios inteli-
LOS SERVICIOS DEL JARDÍN Debajo de una gran pérgola fotovoltaica se ha instalado un bar; ya se verá si tiene terraza
ELEMENTOS SINGULARES Una gran fuente ornamental dará la bienvenida a la nueva zona verde
gentes, aunque se ha descartado convertir el cajón de Sants en una especie de High Line neoyorquino.
En su momento, no se desestimó la posibilidad de que las zonas de sombra acogieran mercadillos tradicionales que pudieran celebrarse los fines de semana y también actividades de barrio., una cuestión que debería pactarse de nuevo con los vecinos.
Debajo de esta gran pérgola que ya luce en la zona verde se ha situado un pequeño bar –queda por ver si en un futuro logra tener terraza– y se han construido tres grandes parterres que cuentan con árboles que ahora se están plantando.
Las rampas y las instalaciones de acceso a la parte superior en este tramo están también acabadas y se ha aprovechado para urbanizar de nuevo las calles Burgos y Antoni Capmany desde Riera de Tena hasta la Rambla Badal. Los vecinos están satisfechos de cómo está quedando la remodelación y de que hayan conseguido rebajar el impacto de algunos elementos necesarios para la infraestructura como son las bocas de ventilación, que han perdido altura.
La urbanización debe acabar con la cicatriz que tradicionalmente provocan las vías en el entorno de la estación de Sants. Una barrera infranqueable para los vecinos que se salvará mediante ascensores y rampas que permitirán cruzar de un lado al otro a través de esta nueva rambla verde.