Pare Ramon-Pius Tragan
El viaje del padre Ubach por tierras de Iraq, entre 1922 y 1923, le permitió crear una colección en Montserrat que ahora se ha catalogado
RBLE. SCRIPTORIUM MONTSERRAT
El padre Ramon-Pius Tragan, responsable del Scriptorium Biblicum et Orientale de Montserrat, ha promovido la publicación del estudio sobre La colección mesopotámica del Museo de Montserrat, de Ignacio Márquez.
En su dietario de viaje, el padre Bonaventura Ubach comentó en 1922 su decisión de trasladarse a Oriente con el objetivo de “adquirir la mayor cantidad posible de objetos antiguos, o sea arqueológicos, para dedicar una sala a Asiria y Babilonia en nuestro Museo Bíblico de Montserrat”. Un año después, tras recorrer Bagdad, Mosul y otras ciudades, regresa al puerto de Marsella con “11 cajas y cuatro grandes maletas”. Fruto de este y otros viajes nace el museo bíblico de Montserrat, obra de un sólo hombre, el padre Ubach, que se abre al público por primera vez en 1931.
La colección de tablillas de arcillas con escritura cuneiforme, de sellos en piedras preciosas, de estatuillas y de otros objetos de la cultura mesopotámica es comparable a la de los grandes museos y es única en España. Y ahora casi un siglo después de la creación de este fondo llega el primer catálogo gracias al trabajo del Dr. Ignacio Márquez Rowe, especialista en lenguas sumeria y acadia y miembro del CSIC. La edición de esta obra a cargo de Javier Uriach, autor también de las fotografías de las piezas, es la segunda de una serie que se inició en el 2008 con La col·lecció egípcia del Museu de Montserrat. Y se anuncian ya otros dos volúmenes dedicados a Chipre y a la arqueología de Tierra Santa. Como señala el padre Pius-Ramon Tragan, responsable del Scriptorium Biblicum et Orientale de Montserrat, “en el momento actual marcado por luchas y violencias en el Próximo Oriente, toman un relieve y una importancia histórica relevante las descripciones y las fotografías que el P. Ubach hizo en estos países, hará pronto cien años, cuando reinaba la paz”. Los bombardeos del ejército de Siria, las bárbaras actuaciones del Estado islámico y la guerra de Iraq han destruido total o parcialmente algunas de estas excavaciones y museos.
A través del dietario del padre Ubach, se pueden reseguir algunas de estas compras como la de “un ladrillo de Nabucodonosor”, el 27 de abril de 1923. Del último día de ese mismo año es otra anotación, en Bagdad: “Terminó el año con la satisfacción de haber adquirido hoy, por 12 libras esterlinas, variedad de objetos, procedentes de excavaciones, y una cantidad considerable de tablillas cuneiformes, adquiridas al Sr. Semkeri, sirio”.
La colección mesopotámica de Montserrat reúne más de un millar de piezas de una civilización extinguida hace dos mil años. El profesor Ignacio Márquez ha optado por ceñirse a una selección de un centenar de obras, las que ha considerado más interesantes y distintas y de cada una de ellas ha intentado no sólo una descripción sino una contextualización. Hay 36 piezas que se publican y estudian por primera vez.
Entre los objetos destacados se hallan, por ejemplo, 12 conos para mosaicos, de arcilla cocida, procedentes probablemente del zigurat (torre escalonada que servía de nexo entre el cielo y la tierra y en cuya cúspide se alzaba un santuario) de Ur y fechados entre 3.300 y 2.900 antes de Cristo. También podría señalarse un fragmento de ladrillo cocido y esmaltado, originario quizás de la Babilonia de Nabucodonosor II, del 600 antes de Cristo. De las diez estatuillas pertenecientes a distintos periodos de la historia de Mesopotamia, destaca una de un personaje femenino con las manos en los pechos (hacia el s. XVIII a.C.) que el autor cree que podría tratarse de la diosa del amor Ishtar, “la Venus babilónica que gozó siempre y en todo lugar de una gran devoción popular”. Y naturalmente el plato fuerte de la colección son los 1.150 objetos, en su gran mayoría tablillas de arcilla, pero también conos, ladrillos y clavos con la escritura de signos cuneiformes, propia de esta cultura mesopotámica, nacida entre los ríos Tigris y Éufrates.