La Vanguardia

Xavier Montalbán

- ANA MACPHERSON Barcelona

EXPERTO EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE

El neurólogo de Vall d’Hebron presentará en el congreso europeo de esclerosis múltiple de Barcelona resultados de un nuevo fármaco que abren la esperanza a un grupo de pacientes para los que no había ninguna opción.

Un anticuerpo monoclonal llamado ocrelizuma­b ha abierto una brecha esperanzad­ora al demostrar por primera vez una eficacia significat­iva en un tipo de esclerosis múltiple, la primaria progresiva, la que no evoluciona en brotes sino que avanza lenta pero inexorable­mente y que afecta a entre el 10% y el 15% de los pacientes de esclerosis múltiple.

Hasta ahora no había nada que tuviera el más mínimo efecto en esa progresión. Cada vez que se probaba una sustancia que sí funcionaba en el resto de los pacientes, en este grupo no había señal alguna: todo lo que se ensayaba hacía el mismo efecto que el placebo con el que se comparaba, para gran desesperac­ión de afectados y médicos. El laboratori­o Roche ha anunciado que el próximo día 10 presentará los resultados del ensayo en fase III del uso de este anticuerpo monoclonal en ese grupo de enfermos maldito. Lo hará en Barcelona, donde se celebra la semana que viene el congreso europeo sobre esta enfermedad y asegura en un comunicado que a principios del 2016 se espera que todo esté listo para que las agencias norteameri­cana y europea del medicament­o aprueben su uso.

“Para nosotros es un cambio inmenso. No hay nada para este grupo de pacientes y por primera vez tenemos a la vista algo que podrá frenar esa progresión”, explica Xavier Montalbán, neurólogo de Vall d’Hebron y director e impulsor del Centre d’Esclerosi Múltiple de Catalunya. Él será el encargado de presentar públicamen­te el estudio en la clausura del congreso como presidente del encuentro científico y autor principal del ensayo.

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune con una incidencia creciente en todo el mundo. Un tipo de células sanguíneas pasa al sistema nervioso y destruye la mielina que protege los nervios. La mayoría de los afectados sufre brotes que le paralizan alguna parte del cuerpo. Puede debilitar músculos, dañar la visión, provocar fatiga... “Y tras cada brote, los pacientes, aunque se recuperen, suelen subir un escalón en su discapacid­ad. Pero en los primarios progresivo­s la evolución es lenta, poco a poco, pero la discapacid­ad va creciendo no escalón a escalón, sino en ascenso continuo. El anticuerpo monoclonal ensayado frena de forma significat­iva esa progresión y, por lo tanto, la discapacid­ad creciente”, señala Montalbán.

El fármaco actúa sobre las células B, que tienen un papel importante en la autoagresi­ón ala mielina en los casos de enfermedad progresiva. Según explica el laboratori­o, se liga a las proteínas CD20 de la superficie celular expresadas en ciertos linfocitos B, pero no en las células madre ni en las células plasmática­s. Eso permite que las personas tratadas con ocrelizuma­b mantengan la capacidad de producir nuevos linfocitos B.

El mismo medicament­o también es eficaz en la esclerosis múltiple en brote y ha mostrado mayor efecto que uno de los medicament­os más potentes con los que se cuenta hasta ahora, un tipo de interferón.

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