Excepción comercial
El secretario de Comercio Exterior denuncia “opacidad y asimetría”
Francia se plantea retirarse de las negociaciones del acuerdo de libre comercio e inversiones que mantienen Estados Unidos y la Unión Europea desde hace más de dos años.
Francia se plantea retirarse de las negociaciones del acuerdo de libre comercio e inversiones que mantienen Estados Unidos y la Unión Europea desde hace más de dos años, dijo ayer en una declaración, sorprendente por su contundencia, el secretario de Estado de Comercio Exterior francés, Matthias Fekl.
Las negociaciones sobre el polémico acuerdo, conocido como TTIP por sus siglas en inglés, “o no avanzan, o lo hacen en la dirección equivocada”, dice el hombre encargado de ellas. “Francia se plantea todas las opciones, incluida la de cesar pura y simplemente estas negociaciones”, anuncia Fekl , en una entrevista con el diario Sud-Ouest.
El alto funcionario, que deja claro que habla de acuerdo con el presidente François Hollande, el primer ministro Manuel Valls y el responsable de Exteriores, Laurent Fabius, presenta toda una batería de reproches. Dice que la “total falta de transparencia” que caracteriza a la negociación “supone un problema democrático”.
“Los parlamentarios deben tener acceso a los documentos más allá de las salas securizadas de la embajada americana, como es el caso hasta el presente”, dice Fekl. “Los parlamentarios americanos tienen un acceso mucho más importante a los documentos que los europeos, pido reciprocidad”, explica. “Hay demasiado asimetría, Europa ha multiplicado sus ofertas en todos los ámbitos sin recibir ninguna oferta seria de los americanos, ni en el acceso a los mercados públicos ni en el acceso a mercados agrícolas y agroalimentarios, que se mantienen cerrados”.
Utilizando argumentos en plena sintonía con la crítica al TTIP que se lanza desde el partido verde, el Frente de Izquierda o el Frente Nacional, el viceministro habla de la existencia entre Francia y Estados Unidos de “dos concepciones de la agricultura, del papel del hombre en la ordenación del territorio, en la economía, dos relaciones con la vida que no son iguales y que son respetables”. “Son nuestros socios, pero no debemos ser ingenuos: predican para los demás el liberalismo que no aplian en su país, en Europa muchos tienden a recitar el dogma liberal de forma beata”, observa.
Las negociaciones del TTIP deben retomarse a mediados de octubre y buscan configurar la mayor zona mundial de libre comercio, arrasando soberanías entre profecías de muchos puestos de trabajo que no se han cumplido en los acuerdos equivalentes entre Estados Unidos y Canadá, o con México, vigentes desde hace más de veinte años, se lee en Le Figaro.
Más allá de esa polémica, es legítimo preguntarse qué está ocurriendo entre Europa y Estados Unidos. El año pasado uno de los mayores bancos de Francia y primero de Europa en depósitos, el BNP Paribas, fue objeto de la mayor multa bancaria de la historia: 8.000 millones de euros. Ahora ha sido la mayor empresa del automóvil, Volkswagen, la que afronta pérdidas astronómicas, que se trasladan al conjunto del Made in Germany, porque uno de cada siete puestos de trabajo en Alemania depende, directa o indirectamente, del sector de la automoción. En ambos casos han sido agencias del Gobierno de EE.UU. las que han castigado a empresas europeas de punta, lo que justifica preguntas sobre su sentido político.
El Gobierno francés se plantea retirarse de las conversaciones por la “total ausencia de transparencia”