Cara a cara con el enemigo
Mourinho se reencontrará con Casillas en la visita del Chelsea a Oporto
El morbo está servido. Esta es la noche del reencuentro entre Mourinho y Casillas, que se verán las caras en el estadio Do Dragao en el duelo de la fase de grupos de la Champions entre el Oporto y el Chelsea. Los protagonistas, que desde la salida de Mou del club blanco en el verano del 2012 sólo han coincidido en un amistoso del Real Madrid en Estados Unidos hace dos años, ya han anunciado que no se esperen gestos raros. En todo caso, si hay tensión, será de puertas para adentro porque a nadie se le escapa que hay cuentas pendientes desde que Mou acusara al portero de ser el topo del vestuario a raíz de que Iker llamara a Xavi y Puyol para terminar con la guerra abierta entre Madrid y Barça de aquellos años.
Julen Lopetegui, el entrenador del Oporto, trató ayer de quitar hierro al asunto en la rueda de prensa oficial previa al partido: “De haber morbo es más para los periodistas. Casillas está física y mentalmente preparado. La competición en sí ya tiene el máximo incentivo y no hay nada más”.
Lopetegui habla en clave portuguesa y hay que entenderlo exclusivamente como tal. En Oporto, Casillas no deja de ser un recién llegado, una vieja gloria que trata de estar a la altura de su leyenda. Sobre Mourinho, en cambio, no hay ningún debate. Forma parte de la trinidad futbolística de la que se sienten muy orgullosos: José Mourinho, Cristiano Ronaldo y Jorge Mendes, tres compatriotas que ejercen de portugueses sin complejos, ejemplos los tres de triunfadores a escala planetaria.
Acostumbrado a utilizar los medios para sus fines personales, experto en la guerra psicológica, Mourinho acude a Oporto con preocupaciones bastante más importantes que darle o no la mano a Casillas. Su equipo ha protagonizado el peor arranque de un campeón de la Premier y tras siete jornadas está ya a ocho puntos del líder Manchester United y a siete del segundo, el City de Pellegrini. Tras perder en agosto ante el Arsenal la Community Shield, la Supercopa inglesa, la Champions empieza a tener toda la pinta de ser la tabla de salvación de una temporada que como todas las terceras de Mourinho amenaza desastre.
Con todo y como no pierde ocasión de echar vinagre en la herida, Mourinho volvió a lanzar sus dardos contra Casillas cuando supo de su fichaje por el Oporto este verano. “Un país tan en crisis como Portugal no debería permitirse tales dispendios”. Pero el tiro le salió por la culata. Horas después, Pinto da Costa, el presidente del Oporto, explicó que el técnico no sabía de lo que hablaba “porque dos tercios del salario del portero los sigue pagando el Madrid”.
Si Mourinho acude a la cita con urgencias deportivas, para Casillas lo de esta noche es más de índole personal. Si hace dos años, aún en el Madrid, describía así su estado de ánimo con su ex entrenador: “Estoy convencido de que algún día nos volveremos a encontrar y tomaremos una coca-cola en una mesa”; este domingo, en una entrevista en El Mundo, seguía optando por un perfil bajo: “Mucha gente me dice que tendría que haber dado un puñetazo en la mesa pero preferí estar callado. No me arrepiento de nada. Lo que tuvimos que hablar lo hablamos en su día cara a cara”.
Otro equipo que hoy tiene un partido complicado es el Valencia, que juega en el Gerland de Lyon ante un Olympique que vive una etapa de vacas flacas desde hace unos años. Tras la derrota del debut en casa ante el Zenit y la mala marcha en la liga, no hay mucho margen para Nuno.
MÁXIMA URGENCIA Tras el peor arranque de un campeón de la Premier, el Chelsea se vuelca en Europa