La banca tributará 419 millones en el 2016 por el aval estatal a su capital
Ante la investigación abierta por Bruselas a España, el Gobierno modifica la ley
Ante la determinación de Bruselas de continuar con la investigación a España por el tratamiento de los activos fiscales diferidos (DTA, por sus siglas en inglés), el Ministerio de Economía ha optado por modificar la legislación.El cambio, que se incluirá en una enmienda en la Ley de los Presupuestos Generales del Estado del 2016, consiste en que la banca española tributará al 1,5% por los 28.000 millones de DTA generados entre el 2008 y el 2015, ejercicios durante los cuales las bases imponibles fueron negativas. Esto implica que la banca tendrá que tributar 419 millones de euros en 2016 para poder seguir computando como capital de máxima calidad esos activos diferidos.
En principio, el pago será voluntario, pero según fuentes oficiales del Ministerio de Economía, toda la banca abonará esa tasa para poder seguir contando con el aval del estado. Con esta modificación, en la que el ministerio de Economía ha contado con el apoyo del Banco de España y del Ministerio de Hacienda, Bruselas da por cerrada la investigación iniciada para determinar si los DTA podían considerarse ayudas públicas de la Administración.
A finales del año 2014, las entidades contaban con 40.000 millones de DTAs, de los que 12.000 millones se generaron con base imponible positiva (antes de la crisis) y el resto, unos 28.000 millones, con base negativa. Sobre estos últimos será sobre los que la banca “deberá abonar una prestación anual del 1,5%”. Se trata de una tasa que tendrán que seguir pagando a las arcas del estado los años sucesivos mientras que cuenten con ellos. A partir del 2016, no se podrán generar DTA garantizables cuando no se produzca el pago del citado impuesto.
En el 2013, el Gobierno cambió la normativa reguladora del impuesto de sociedades con el objetivo de establecer la independencia de determinados DTA (en concreto los derivados de provisiones no computadas fiscalmente y los derivados de aportaciones
DE CARA AL FUTURO A partir del próximo año ya no habrá nuevos activos fiscales salvo que se tribute por ellos
CONSECUENCIA DE LA CRISIS El grueso, 28.000 millones, se generaron los años de la crisis por las altas provisiones
al sistema de previsión social, léase fondos de pensiones de sus empleados) al prever la conversión de estos activos en créditos exigibles frente a Hacienda en supuestos de pérdidas, insolvencia judicialmente declarada y liquidación. En los bancos, esta norma fortalecía su solvencia al evitar que el régimen fiscal español pudiera crear distorsiones en el cálculo de capital regulatorio de las entidades. Este cambio levantó sospechas de ayudas de estado en Bruselas, al igual que sucede en otros países como Italia, Portugal o Grecia, con lo que se ha tenido que diseñar esta estrategia para evitar que se impusieran multas a España.
Desde el Ministerio de Economía hacen hincapié que con la modificación “se eliminan incertidumbres” del mercado. No afecta solo al sector bancario, sino también a otros sectores empresariales. Lo que sucede es que las entidades financieras son las que más se han beneficiado de los DTA porque los años de la crisis se anotaron pérdidas por las fuertes provisiones generadas a consecuencia del sector inmobiliario.