Riquer y el rey desnudo

El profesor Riquer me dedica algunos comentarios tendenciosos y con mala fe en su artículo “Si Vicens levantara la cabeza” (Opinión, 25/IX/2015). Me gustaría aclarar algunas cosas. En primer lugar, la cita textual que me atribuye no es correcta. Yo escribí que la obra de Fontana en cuestión era el “culmen del nacionalcomunismo romántico”. Mis profesores de historia en la UAB –entre ellos, Riquer– me enseñaron que toda cita entrecomillada debía ser exacta. Me disgusta que, en su práctica profesional, Riquer se olvide de ello.

En segundo lugar, Riquer me acusa de no profundizar en mis comentarios. Hace trampa, puesto que sabe que los escribí en un artículo en el que trataba de otras cuestiones y que lo indiqué únicamente como ejemplo. Es como si yo le dijera que en lugar de afirmar erróneamente que Fontana es “tal vez, el [historiador] hispánico de mayor proyección internacional”, lo que debería hacer es argumentarlo detalladamente.

Finalmente, el problema planteado no es que el libro de Fontana cuestione ninguna narrativa oficial, sino que es un producto de baja calidad historiográfica y profundamente ideologizado. Así de simple.

Y el enfado del profesor Riquer, en su papel de escudero de Fontana –no es el primero que interpreta este papel–, se dirige evidentemente hacia aquellos que han osado decir que el rey de la historiografía catalana está desnudo. Con la Iglesia hemos topado, amigo Pancho.

JORDI CANAL París