El árbitro barcelonista
Pocas veces se había visto a Sergio Rodríguez tan indignado en una pista de baloncesto, ni siquiera en acontecimientos tan importantes como un Eurobasket. El base canario del Real Madrid suele ser un jugador de talante tranquilo. No se caracteriza por estar todo el día encima de los árbitros. Pero en el partido de la Copa Intercontinental entre su equipo y el Baurú brasileño perdió los nervios. Le hicieron una falta que los colegiados señalaron y lanzó la pelota con furia sobre el parquet. Metió los dos tiros libres y se los dedicó al árbitro dominicano Reynaldo Mercedes, que no dudó en descalificarle. Según algunas versiones el colegiado le habría dicho antes al jugador: “A ver si metes alguna”. Para entonces el partido había entrado en una espiral de nervios y protestas con técnicas a Pablo Laso y al propio Rodríguez.
El Madrid terminó por levantar el trofeo pero sus jugadores y sus entrenadores se mostraron enojadísimos con las decisiones del colegiado dominicano. Sólo le faltaba al árbitro lo que pasó después, que comenzó el rastreo de su cuenta de Twitter y se descubrieron sus presuntos colores. “Yo soy del Barça hasta la muerte. Perdió el Madrid. Qué bueno”, escribió Mercedes en octubre de 2012 después de una derrota del equipo blanco de fútbol ante el Borussia de Dortmund.
Entre estos comentarios y una actuación que el Madrid consideró perjudicial se desató la controversia contra Mercedes, de profesión ingeniero industrial y de pasión, árbitro internacional. Hasta el punto de que la Euroliga pidió hace unos días por escrito a la FIBA que se abra una investigación oficial. La Euroliga quiere explicaciones por el contenido de los tuits y, si se prueban, tomar medidas. Esta organización considera que esos comentarios descalificarían a un árbitro y le impedirían ser imparcial.
Pero Mercedes, al que le gusta su cuota de protagonismo, no se ha quedado callado y se ha defendido en unas declaraciones al diario dominicano El Caribe. “La investigación de la Euroliga no tiene fundamento y está sacada de contexto. Es una situación complicada por la envergadura del equipo que hace la reclamación”, expuso Mercedes, que fue más allá: “Mi comentario fue hace años y se refería al fútbol, nada tiene que ver con el baloncesto, ni mucho menos con mi accionar (manera de hacer) dentro de la cancha. Hasta donde sé no es pecado ser árbitro de baloncesto y simpatizar por un equipo de fútbol. Espero que la FIBA lo interprete de la misma manera y las entidades responsables del baloncesto no darán cabida a tales protestas”. Mercedes, que jugó a baloncesto antes de dar el salto al arbitraje, sostiene que él admite las críticas dentro de la pista de los jugadores y los entrenadores si se hacen con educación. Ante todo este embrollo lo cierto es que desde hace unos días el árbitro ha tomado la medida preventiva de impedir el acceso a sus mensajes en Twitter.
El colegiado, de 38 años, está avalado por una larga trayectoria internacional. Ha dirigido partidos en cuatro
El colegiado dominicano de baloncesto Reynaldo Mercedes es del Barça de fútbol y el Madrid montó en cólera por sus decisiones
Mundiales y en dos Juegos Olímpicos, y no encuentros cualquiera, sino comprometidos, con Estados Unidos como protagonista, por ejemplo. Aunque donde más se le tiene en mente es en Argentina. Allí todavía le recuerdan por lo que ocurrió en la final del Mundial 2002 cuando, junto con el griego Nikos Pitsilkas, tomaron una decisión muy controvertida (y equivocada) que favoreció a Yugoslavia y dejó sin el título a los albicelestes al no señalar una clara falta de Jaric a Sconochini.
Desde entonces ha vuelto en varias ocasiones a Argentina y le han reconocido, no precisamente para alabarle, sino para todo lo contrario. “Aquí todavía me insultan en la cara. Yo me callo y no les contesto”, señaló hace un tiempo en declaraciones al diario argentino Olé. Consciente del error que cometieron él y su compañero griego, confiesa que jamás volvió a ver el vídeo de la final.
El sueño de Reynaldo, que se convirtió en el árbitro internacional más joven cuando contaba con apenas 22 años, siempre ha sido el de arbitrar en la NBA, pero para ello se tendría que trasladar a vivir a Estados Unidos y prefiere no hacerlo. Su mundo es el del baloncesto FIBA y su pecado, ser barcelonista.
LA PRUEBA DE LA DISCORDIA Hace años Mercedes escribió: “Soy del Barça hasta la muerte. Perdió el Madrid. Qué bueno”