Asunta tomó 27 ansiolíticos pocas horas antes de morir
La niña fue drogada con Orfidal durante tres o cuatro meses, según la autopsia
Horas antes de su muerte el 21 de septiembre de 2013, Asunta ingirió más de 27 pastillas del ansiolítico Orfidal, que también le fue suministrado durante los tres o cuatro últimos meses de su vida, además de otro fármaco similar. La dosis que tomó el día de su asesinato es tan alta que duplica el mínimo considerado como tóxico y apenas existe sobre ella datos en la literatura científica. Éstas son las principales conclusiones del informe que dos profesoras del Servicio de Toxicología Forense de la Universidad de Santiago presentaron ayer ante el jurado que juzga por asesinato a los padres de la niña, Rosario Porto y Alfonso Basterra.
Tras la declaración de los casi 80 testigos, ayer comenzó la fase de los peritos con una jornada dedicada en su totalidad a la autopsia. Y lo más relevante resultó la comparecencia de la catedrática Ana María Bermejo y la profesora María Jesús Tabernero, que presentaron las conclusiones de los informes de toxicología, efectuados en Santiago y en Madrid.
“Podemos decir que la víctima estaba intoxicada, sin duda. Significa que estaba sedada, con un sueño importante, es decir, con una depresión generalizada del sistema nervioso”, explicaron las investigadoras de la universidad compostelana que informaron de que Asunta ingirió tres o cuatro horas antes de su muerte una dosis tóxica de lorazepam, que es el fármaco que se comercializa con, entre otros, el nombre Orfidal, y que se receta para el tratamiento de la ansiedad y el insomnio, así como relajante muscular.
Bermejo y Tabernero confirmaron que en la sangre de la niña había 0,68 microgramos de lorazepam por mililitro e indicaron que se considera una dosis tóxica la situada entre 0,3 y 0,6, por lo que la que le suministraron a Asunta resulta muy elevada. A petición del fiscal efectuaron un cálculo del equivalente en pastillas y concluyeron que lo que tenía en sangre equivale a 27 comprimidos de un miligramo, sin tener en cuenta la parte que quedó en su estómago en el momento de la muerte. De ahí que Bermejo y Tabernero sostengan que el número de pastillas de Orfidal suministrado fue superior a 27.
Las profesoras están seguras de que la ingesta no se produjo antes de la comida, porque hay una imagen de una cámara de seguridad que muestra a la niña andando por la calle sobre las cinco de la tarde, lo que no sería posible si le hubiesen dado esa cantidad de droga por la mañana. Así que afirman que el Orfidal le fue suministrado durante el almuerzo o después de comer.
Al mismo tiempo, el análisis del pelo de la niña mostró que le suministraron ansiolíticos durante tres o cuatro meses antes de su muerte, pues había restos de lorazepam y de otro medicamento perteneciente a la misma rama, la de la benzodiacepina.
Asunta estaba intoxicada por una dosis brutal de Orfidal pero su muerte se produjo, entre las 18.30 y las 20 horas del 21 de septiembre de 2013, por asfixia, debido a “la sofocación por oclusión de los orificios respiratorios”, según explicó José María Blanco Pampín, el forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia que dirigió la autopsia. Los forenses sitúan el fallecimiento entre las 16 y las 20 horas, pero hay grabaciones que muestran que estaba viva hasta casi las 18.30 h, que es la hora en la que se desactivó la alarma del chalet de Charo Porto de las afueras de Santiago, donde según los investigadores se perpetró el crimen.
Blanco descartó que se produjese una agresión sexual, mientras la forense que se encargó del levantamiento del cadáver, Concepción de la Calle, afirmó que fue colocado “de forma rápida”.
El informe toxicológico no concluye si la dosis tóxica de Orfidal le fue suministrada con la comida o después