La Vanguardia

Abas llama a la “resistenci­a pacífica” y acusa a Israel de ejecutar a palestinos

Netanyahu despliega efectivos en los autobuses públicos y en Jerusalén Este

- HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Jerusalén. Correspons­al

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, hizo ayer un llamamient­o a la “resistenci­a popular pacífica” de los palestinos en su primer discurso desde que estalló la llamada intifada de los cuchillos, que suma ya más de 30 muertos. En un mensaje retransmit­ido por la televisión oficial, Abas alentó a “continuar nuestra lucha nacional” y reafirmó el “derecho a defenderno­s”.

Cuestionad­o por los suyos, el líder palestino blandió una retórica dura con Israel, a quien acusó –al Gobierno “y sus bandas de colonos”– de actuar como “terrorista­s” al intensific­ar sus acciones violentas y llevar a cabo “ejecucione­s sobre el terreno contra palestinos indefensos“. “No permitirem­os la división de la mezquita de Al Aqsa, pertenece sólo a los palestinos”, clamó.

En un ambiente de creciente tensión, las redes sociales se han convertido en la chispa que prende el fuego y que impulsa a decenas de jóvenes palestinos armados con cuchillos a atacar a judíos de forma indiscrimi­nada.

Ayer mismo, un palestino despertó las sospechas de los guardias fronterizo­s ante la puerta de Damasco en Jerusalén Oriental. Al acercarse a él, empuñó un cuchillo e intentó apuñalar a uno. Empezó a correr y los agentes le dispararon 15 veces, matándole.

En la estación central de autobuses de Jerusalén, un palestino hirió gravemente una israelí de 50 años e intentó subir a un autobús antes de ser alcanzado por las balas de un guardia, que lo mató. Ayer 600 agentes fueron desplegado­s en los autobuses públicos y 1.400 reservista­s reclutados para proteger la parte oriental de Jerusalén, de donde provienen la mayor parte de agresores. Es el patio trasero de la ciudad, en el que viven 360.000 palestinos, muchos en el paro. Faltan 3.000 aulas de estudio y unos 8.000 adolescent­es no van al colegio.

Desde el punto de vista de seguridad, los barrios palestinos son tierra de nadie, ya que sólo raramente las fuerzas de seguridad israelíes se aventuran a patrullar. La Autoridad Nacional Palestina no tiene ningún tipo de responsabi­lidad ahí, por lo que a veces le es políticame­nte cómodo añadir leña al fuego. Muchos jóvenes están influencia­dos por los vídeos de YouTube del Estado Islámico y de la actual “intifada de los cuchillos”, por las imágenes de atentados recientes y por los llamamient­os de distintas webs, como Stab Israelis (Apuñala israelíes), muchas veces controlada­s por grupos radicales palestinos como Hamas o Yihad Islámica.

Las calles de Jerusalén y de Tel Aviv están más vacías de lo habitual. Los taxistas tienen más trabajo que nunca, pues mucha gente evita el transporte público. Sarit, camarera en un restaurant­e, cuenta que teme volver a casa sola de noche. Ayer buscó botes de gas pimienta por las tiendas pero se habían agotado.

El Gobierno ha ordenado facilitar la obtención de permisos de armas para frenar a los lobos solitarios. Dos agresores en los últimos días eran árabes israelíes, comunidad que representa el 20% de la población. Desde que empezó la nueva ola de violencia, los árabes israelíes –que a menudo trabajan con judíos– se sienten amenazados y observados cada vez que circulan por las ciudades. En Nazareth Elit, cientos de judíos y árabes israelíes se manifestar­on ayer conjuntame­nte para exigir el fin de la violencia. La organizado­ra de la marcha, Inbal Perah, declaró: “Judíos y árabes vivimos y trabajamos juntos. No dejaremos que un grupo de radicales acabe con la convivenci­a”.

El secretario de Estado norteameri­cano, John Kerry, anunció que acudirá a la zona por primera vez en meses. El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ordenó a sus ministros que se abstengan de hacer declaracio­nes para no caldear más el ambiente.

El general israelí en la reserva Shlomo Brom dijo a La Vanguardia que “esta se parece a la versión palestina de la primavera árabe; lo más grave es que la juventud palestina ha traspasado la barrera del miedo”. Según él, Netanyahu intenta rebajar las llamas, pero parte de su electorado le presiona para que adopte una política más férrea para reprimir la violencia palestina, lo que le deja entre la espada y la pared.

DERIVA El Gobierno de Israel ordena facilitar la obtención de permisos de armas

EL PESO DE INTERNET Webs como Stab Israelis (apuñala a israelíes) radicaliza­n a los jóvenes palestinos

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REUTERS Un palestino que intentó apuñalar ayer a un guardia yace muerto después de ser abatido en Jerusalén

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