El fin de la “imagen del cambio”
“Ella es la imagen del cambio”. Estas fueron palabras pronunciadas por Mariano Rajoy en el 2009 cuando Arantza Quiroga fue elegida presidenta del Parlamento vasco en virtud del pacto alcanzado con el PSE. Aquel cargo representaba el nivel institucional más alto alcanzado en Euskadi por el PP, aunque miembros de este partido habían presidido la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria. Quiroga comenzó siendo concejal de Irún en 1995, recién empezado el acoso de ETA contra los cargos del PP, y luego fue edil de Oñate. Poco a poco fue asumiendo responsabilidades institucionales en el partido hasta llegar a la presidencia, en 2013, cuando Alfonso Basagoiti se marchó. El congreso del 2014 que la ratificó en el cargo fue una asamblea muy dura en la que Quiroga se enfrentó al sector alavés del partido liderado por el actual ministro de Sanidad, Alfonso Alonso. El detonante del conflicto fue la decisión de Arantza Quiroga de prescindir de Iñaki Oyarzábal, figura muy vinculada a Alonso y a Javier Maroto y con gran aprecio entre las bases populares vascas, como secretario general. El pulso fue duro y lo ganó Quiroga, pero al precio de obtener el respaldo más bajo que ha logrado un presidente del PP vasco. Las heridas abiertas en aquel congreso no han cicatrizado y, en parte, están en el trasfondo de la crisis que le ha costado el puesto a la presidenta. Fueron los alaveses los que iniciaron la maniobra de contestación a su iniciativa, que llevó a la dirección del PP a forzar la rectificación.