El ministro Margallo envía a un diputado de CDC “al psiquiatra”
El presidente del Congreso arranca al titular de Exteriores una rectificación
La penúltima sesión de control del Congreso de los Diputados en esta legislatura registró escenas poco edificantes aunque no extraordinarias y sí representativas de la tensión vivida en estos cuatro años de mayoría absoluta del PP. El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel GarcíaMargallo, recomendó al diputado de Convergència Jordi Xuclà que fuera “al psiquiatra” después de que el parlamentario hubiera sostenido que “miles de catalanes votaron contra el Estado, a pesar del Estado”, en el 27-S. El presidente de la Cámara, Jesús Posada, invitó al ministro –mediante pregunta en tono de exhortación– a retirar su ataque. A regañadientes, Margallo accedió a rectificar.
La pregunta de Xuclà que provocó tal reacción del ministro se refería a la “negligencia e indolencia” de los servicios consulares que, según él, impidieron votar a casi 7.000 catalanes desplazados en el exterior. En concreto, sólo 14.781 de los 21.771 residentes en otros países que habían solicitado ejercer el “voto rogado” a través de los consulados españoles pudieron hacerlo. En la mayoría de casos, las papeletas no llegaron a tiempo. Xuclà pidió la dimisión del ministro por lo que juzgó una “violación masiva” del derecho al sufragio, pero fue su coletilla en el sentido de que “miles de catalanes votaron contra el Estado” pese a las trabas del propio Estado la que sacó a Margallo de sus casillas.
“Le aconsejo que vaya al psiquiatra”, lanzó el ministro en su respuesta, que hasta entonces había leído. Y, si bien admitió que el operativo para tramitar el voto en el extranjero pudo ser mejor, negó las negligencias y aseguró que las incidencias en el 27-S fueron mínimas.
El portavoz de CDC en el Congreso , Pere Macias, solicitó a García-Margallo que retirase su “desafortunada” prescripción de consulta psiquiátrica a Xuclà. El presidente de la Cámara, Jesús Posada, trasladó de inmediato la petición al titular de Exteriores, que de entrada se resistió: “Lo que he dicho es que la expresión de votar contra el Estado es inadmisible en un Estado de derecho”, adujo. Posada le replicó que se limitara a contestar la solicitud de Macias para que se desdijera de su expresión. “¡Estoy explicando la expresión, señor presidente!”, opuso aún, alzando la voz. Entonces Posada le cortó en seco: “¡No, no!”, repuso con firmeza. “¿La retira o la mantiene?”, insistió. Margallo se tomó un segundo y cedió: “La retiro”, dijo al fin.
Más tarde, en una interpelación sobre la actitud del Gobierno respecto a Catalunya, el portavoz adjunto de Esquerra, Joan Tardà, dio lugar a otro sonoro enfrentamiento con el Gobierno cuando, en interpelación a Cristóbal Montoro como ministro de Administraciones Públicas, afirmó tajante sobre el proceso independentista: “¡No hay vuelta atrás!”. Para añadir: “O lo aceptan, y hablamos democráticamente, o tiran de tricornio”.
Tardà precisó que sabía que Montoro, “como demócrata”, no recurriría a la Guardia Civil para impedir la secesión. Pero no se privó de acusar al Ejecutivo de utilizar la “represión y la humillación” con ese fin. Y, en referencia al interrogatorio de Artur Mas, hoy, por la consulta del 9-N, afirmó: “Aprovechar el aniversario del asesinato de Lluís Companys por el ejército español para llevar ante los tribunales al presidente de mi país..., eso no tiene parangón en ninguna democracia”.
“O aceptan la independencia o tiran de tricornio”, exclamó Tardà en una interpelación a Montoro