Las 8 conductas que describen a un ortoréxico
Steven Bratman, médico estadounidense que acuñó el término ortorexia a finales de los años noventa, estableció unas pautas para ayudar a identificar este trastorno. Si un individuo responde a cuatro o cinco de las conductas que se citan a continuación, urge reconducir la actitud y relajarse. La fase obsesiva vendría dada si se asumen todas las conductas que apuntaba Bratman.
1
Preocupación excesiva por la calidad de lo que se come más que por el placer y la necesidad de comer.
2
El aumento en la calidad de la dieta mientras disminuye la calidad de vida. El problema de la ortorexia es que quien la padece piensa más en que lo que se mete en la boca sea lo correcto (que es lo que quiere decir orto en griego) que en dar más importancia al resto de facetas de su vida.
3
Pensar durante más de tres horas al día en la dieta. En este tiempo se incluye cocinar, hacer la compra, leer acerca de dietas y pensar si un alimento es sano o no.
4
Desplazarse grandes distancias para conseguir alimentos “especiales”: ecológicos, de importación, puros, sin aditivos, etcétera.
5
Planificación excesiva de las comidas de los días siguientes. Los ortoréxicos tienden a planear los menús para los próximos días e incluso semanas.
6
Ser cada vez más estricto con uno mismo. El enfermo se vuelve paulatinamente más rígido en sus hábitos alimentarios, lo que le provoca un gran placer.
7
Abandonar actividades cotidianas por mantener una dieta saludable. Por ejemplo, dejar de acudir a citas, o dejan de realizar trabajos, ya que todo su tiempo lo ocupan con la comida.
8
Aumento de la autoestima y la experimentación de un estado místico o de virtud mientras se sigue la dieta correcta, y un sentimiento de superioridad hacia aquellos que no la siguen.