Demasiado guapa, ¿para qué?
Isis Anchalee hace viral una campaña contra la desigualdad de sexos en la industria tecnológica
La imagen de Isis Anchalee Wenger apareció en algunas estaciones del BART y del MUNI (sistemas de transporte público) de Embarcadero en San Francisco, como parte de una campaña para reclutar personal de la empresa OneLogin, donde esta joven de 22 años trabaja como programadora informática. No fue la única empleada de la empresa que accedió a prestar su imagen para la campaña que, según ha explicado la propia Anchalee en su blog, se organizó y ejecutó en 24 horas. Otros dos, ambos hombres, también lo hicieron e incluso uno de ellos salía con un estrafalario sombrero de copa negro y un cartel en el que se leía un amenazante “Hackers”.
Pero la foto de Isis Anchalee, en la que bajo su nombre constaba su cargo, ingeniera, ha acaparado toda la atención. O como mínimo la de la persona que ha colgado la foto del anuncio en Facebook y ha puesto en cuestión que realmente una ingeniera “pueda ser así”, en referencia al físico de Anchalee: “La campaña quiere hacer ver que va destinada a las mujeres, pero en realidad va destinada a los tíos”, sostiene el internauta. Otro usuario afirma que la ingeniera aparece “demasiado sexy”. Los comentarios sobre si Isis es o no en realidad lo que en el anuncio dice ser y si es o no posible que “una ingeniera sea tan guapa” han ido creciendo hasta que la propia afectada ha decidido hacer oír su voz.
Anchalee, que se enteró de todo por los mensajes que le mandaron amigos y familiares, confiesa en su blog que todo el revuelo organizado la ha sobrepasado, pero que está igualmente harta, no de los comentarios sobre su foto en particular, sino de lo que estos ponen de manifiesto: la discriminación en la industria tecnológica y los clichés sobre el aspecto físico que supone que una ingeniera debe tener. Como ejemplo, cuenta un par de experiencias desagradables por las que ha tenido que pasar: un compañero de trabajo le ha llegado a lanzar billetes en horas de trabajo, como si fuera una stripper ,y un ingeniero le mandó un mensaje, mientras a ella la entrevistaban para trabajar en la misma empresa que él, en el que explícitamente le decía que podían ser “amigos con beneficios”.
Así que decidió poner en marcha una campaña en Twitter bajo la etiqueta #ILookLikeAnEngineer, que se ha viralizado, y a la que animaba a sumarse en un principio sólo a las mujeres de la industria tecnológica, pero que ha recibido el apoyo de profesionales que se dedican a otros ámbitos. Incluso se ha pronunciado a favor Melinda Gates. Según Anchalee, “la cultura de este sector fomenta una falta inconsciente de sensibilidad hacia los que no encajan en un determinado molde, más allá de su sexo. Estoy segura de que cualquier mujer tiene una larga lista de leves ofensas personales que no ha tenido más remedio que asumir y hay ciertos patrones de comportamiento que, en un entorno profesional, nadie debería tener que tolerar”.