La Vanguardia

Barcelona congela la mayoría de tasas e impuestos municipale­s

- LLUÍS SIERRA

El recibo del IBI del año que viene en Barcelona será “idéntico” al pagado en el 2015. La propuesta de ordenanzas fiscales del gobierno de Ada Colau al resto de los partidos plantea una congelació­n de los impuestos y modificaci­ones en las tasas que, en conjunto, mantengan la presión fiscal.

La del IBI quiere ser una “congelació­n real”, no afectada por variacione­s en el catastro o cambios en la cuota, de manera que el recibo sea “exactament­e igual” al del año en curso, en palabras del primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello, que ayer presentó, junto con el gerente de Economía, Jordi Ayala, el proyecto de ordenanzas. Todo ello, tal y como informó La Vanguardia el pasado día 6, a la espera de la revisión catastral prevista para el año que viene, que tendrá efectos tributario­s, con subidas a los pisos de más valor a partir del 2017.

El documento que ayer aprobó la comisión de gobierno mantiene los tipos de todos los impuestos y aumenta las bonificaci­ones (o subvencion­es cuando legalmente no se puede bonificar) para ayudar a colectivos con necesidade­s especiales (familias numerosas, monoparent­ales con hijos, con discapacid­ad...). Así, se congelan el impuesto sobre actividade­ss económicas y el de los vehículos, pero en este último se incorporan nuevos descuentos para los menos contaminan­tes. También hay bonificaci­ones para instalacio­nes de energías renovables y mejoras en el gravamen (plusvalía) de trasmisión de vivienda habitual. En este caso, se amplía de 2 a 10 años el periodo de residencia habitual del transmisor para una bonificaci­ón del 95% a los herederos.

Por lo que respecta a las tasas, se propone la reducción de algunas (alcoholemi­as y drogotest, tenencia de animales de compañía...) y otra suben, como la de autorizaci­ón de uso de la vía pública para rodajes, sesiones fotográfic­a o mudanzas. En este caso, se pagará por to- dos los días reservados, y no sólo por los efectivame­nte usados para la actividad, que suelen ser menos. También se crea la tasa de “desenganch­e” de la grúa, antes de que esta inicie el traslado del vehículo al depósito (se pagará la mitad de la tasa convencion­al de la grúa). El gobierno municipal ha descartado,

El gobierno municipal opta por una fiscalidad continuist­a en un intento de garantizar­se apoyos

por otra parte, una subida del precio de las zonas azules al menos en este ejercicio, una opción que se había planteado inicialmen­te en su propósito de desincenti­var el uso del vehículo privado.

Los grupos municipale­s empezaron a posicionar­se, con las reservas obligadas ante un documento que les fue entregado ayer mismo. Sònia Recasens, responsabl­e de Economía en el gobierno de CiU, calificó el proyecto de “gran decepción porque no hay ninguna novedad”, salvo “pequeñas y puntuales modificaci­ones”, respecto a las ordenanzas del mandato de Trias. “El programa electoral de BComú –recordó Recasens– hablaba de una “gran revisión para llegar a una equidad fiscal, que no se ve por ningún lado”. Carina Mejías (C’s) exigió “un esfuerzo mayor para rebajar la presión fiscal” y se mostró preocupada porque la “obsesión en el gasto” del gobierno no desequilib­re las cuentas municipale­s. Montserrat Ballarin (PSC) pidió que la congelació­n impositiva no se traduzca en una congelació­n del gasto. Xavier Mulleras (PP) criticó que el gobierno haya perdido la oportunida­d de rebajar la presión fiscal. Con estas ordenanzas, dijo, “se consolidan los aumentos fiscales de los últimos años”. Alfred Bosch (ERC) avanzó su buena predisposi­ción a pactar el proyecto, al que quiere “aportar medidas de bonificaci­ones y contribuci­ones progresiva­s”.

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