La Vanguardia

El ‘top manta’ abre un conflicto policial

La Policía Portuaria pedirá más ayuda a los Mossos porque entiende que la Urbana ya no le prestará más auxilio

- ENRIQUE FIGUEREDO

La tensión entre el puerto de Barcelona y el Ayuntamien­to de la ciudad es máxima a propósito de la gestión de la venta ambulante ilegal. Tras una reunión celebrada el pasado martes con representa­ntes de alto nivel de ambas partes, las posiciones parecen irreconcil­iables. Se acusan entre sí de estar incumplien­do el convenio de colaboraci­ón firmado entre la Guardia Urbana y la Policía Portuaria para el control de esta actividad ilícita en las zonas de muelles que limitan con la ciudad. Fuentes del puerto aseguran que, aunque formalment­e el Ayuntamien­to no ha denunciado el convenio, entienden que no lo van a cumplir y que no les queda más remedio que encomendar­se al Departamen­t d’Interior y pedirle más ayuda.

La posibilida­d de reclamar mayor auxilio a los Mossos d’Esquadra es una variable que se añade a este embrollo institucio­nal en que ha derivado el cambio de ubicación de los manteros. Por presión de la Guardia Urbana, desde agosto se han mudado del centro de la ciudad a zonas junto al mar como el Portal de la Pau o el Moll del Dipòsit, que es el situado frente al Palau de Mar.

Fuentes de Port de Barcelona aseguran que “como policía administra­tiva” tienen una capacidad reducida a la hora de intervenir en cuestiones que requieren cierto control del orden público. Aseguran que hasta el verano habían encontrado el apoyo necesario en la Guardia Urbana, pero que ahora ya no cuentan con él. Para la Policía Portuaria, eso supone un incumplimi­ento flagrante del convenio firmado en el 2007 y de su reciente actualizac­ión del pasado año.

El Ayuntamien­to de Barcelona reconoce que desde finales del verano las cosas han cambiado, pero niegan que estén incumplien­do convenio alguno. “Sólo que exigimos que se cumpla en sus justos términos, como es que se intervenga no a requerimie­nto, sino en servicios planificad­os”, afirma una fuente municipal. “Las zonas litorales tienen unas caracterís­ticas muy especiales”, insisten estas fuentes.

En la dirección de la Guardia Urbana se habla de un supuesto episodio de deslealtad cuando en agosto precisamen­te, la Portuaria les pidió ayuda en el Palau de Mar por un problema de orden público con vendedores ambulantes y al llegar las patrullas de la policía local descubrier­on que los guarda muelles se habían marchado. Coincide que después de ese presunto episodio de conflicto, el intendente mayor jefe de la Guardia Urbana, Evelio Vázquez, mandó una circular en que ordenaba que no se actuara en zona de la Policía Portuaria si no lo autorizaba él personalme­nte. Desde entonces, no ha habido colaboraci­ón alguna entre ambos cuerpos policiales. Como la

El Ayuntamien­to y el puerto de Barcelona se acusan entre sí de incumplir el convenio de colaboraci­ón

Guardia Urbana mantiene la presión en el centro de la ciudad, los vendedores ambulantes siguen copando espacios portuarios. Los cálculos señalan que en el Portal de la Pau se agrupan unos 80 o 100 y en Palau de Mar, unos 150.

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DAVID AIROB Un mantero, ayer, disponiénd­ose a retirar su mercancía frente al Palau de Mar

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