La Vanguardia

Presión en el Camp Nou

Trashorras, capitán del Rayo, recuerda su pasado blaugrana

- CARLOS NOVO

El Barça cayó en el campo del Celta, padeció para doblegar al Bayer Leverkusen y hoy recibe la visita del Rayo Vallecano, un equipo con un estilo de juego desacomple­jado, similar al de los dos anteriores, que exigirá de los de Luis Enrique máxima concentrac­ión.

Roberto Trashorras dirigirá hoy el centro del campo del Rayo en el Camp Nou, un estadio en el que nunca ganó de visitante. Tras ocho años en la Masia, donde compartió litera con Andrés Iniesta y generación con Víctor Valdés, Pepe Reina, Puyol o Jofre, Trashorras, que pasó luego dos temporadas en el Castilla, ha dejado de ser un trotamundo­s en Vallecas, donde va por su quinta temporada y luce galones de capitán.

Tras un año con Sandoval en el que no logró la titularida­d, la llegada de Paco Jémez en el verano del 2012 lo cambió todo. Trashorras se hizo con los mandos del equipo y desde entonces protagoniz­a situacione­s tan paradójica­s como esta. El gallego fue el máximo pasador de la me lo inculcaron allí. Mi forma de jugar es esa. No concibo el fútbol sin el balón”, rememora quien pasara tardes en partidas de Play con Puyol o Luis Enrique, en tiempos en que le apodaban La Brujita del Mini. “Me lo puso un periodista de Mundo Deportivo por mi pelo rapado y porque decía que me parecía a la brujita Verón”.

Entre sus mejores recuerdos de aquellos tiempos, Trashorras destaca su debut con el primer equipo azulgrana, el 8 de agosto del 2001, al sustituir precisamen­te a Luis Enri-

que en un partido de previa de la Champions ante el Wisla Cracovia. Su debut en la Liga tendría que esperar al 7 de octubre, en Riazor.

En el verano del 2003 Trashorras abandonó la disciplina del Barça para enrolarse en el Madrid, un camino que en aquellos años habían recorrido con suerte diversa futbolista­s como Schuster, Milla, Laudrup o Nando. “Fui una petición expresa de Jorge Valdano, que me dijo que era un fichaje del primer equipo, pero las circunstan­cias no se dieron y estuve dos años en el Castilla sin poder debutar en el Madrid. Subimos a Segunda A en un equipo con Soldado, Diego López, Juanfran, Arbeloa, Jurado o De la Red, pero acabó la temporada y opté por marcharme al Numancia en Segunda. Un cambio difícil porque era dejar la élite”.

Tras unos años en el Las Palmas y el Celta, el Rayo le ofreció asentarse en Primera, donde apenas había jugado. Un equipo modesto que jugaba bien al fútbol. “Hemos conseguido tirar abajo varios mitos, como el de que un equipo pequeño tiene que jugar como un pequeño. El secreto del Rayo es jugar como un grande y no traicionar nuestro estilo. Al final, los grandes nos ganan porque son muy buenos, pero a veces, aunque nos hayan dado una paliza, he disfrutado como un niño”, dice Trashorras.

Para encontrar el ejemplo perfecto de esta filosofía hay que remontarse al 21 de septiembre del 2013. El Barcelona del Tata Martino visitaba Vallecas. El Barça machacó (0-4), pero la estadístic­a reflejó que el Rayo había ganado la posesión (51% por 49%). Hacía cinco años que el Barcelona no la perdía, desde una derrota ante el Madrid el 7 de mayo del 2008. “A pesar del 0-4 Jémez nos felicitó”, recuerda orgulloso Trashorras.

UNA GENERACIÓN DE ORO “En la Masia compartía litera con Iniesta y jugaba a la ‘Play’ con Puyol y Luis Enrique”, dice Trashorras

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