La Vanguardia

Vacaciones con dorsal

La locura por conseguir un dorsal en las carreras míticas hace emerger agencias especializ­adas

- ESTEVE GIRALT

Cada vez son más los corredores de maratón y cada vez es más difícil obtener plaza en las carreras más emblemátic­as del calendario mundial.

Los 50.000 entusiasta­s corredores que el domingo 1 de noviembre tomarán la salida del maratón de Nueva York se sentirán unos privilegia­dos. La lotería que montan los organizado­res cada año para sortear buena parte de los dorsales vendió en la última edición más de 300.000 cupones. Si la fortuna es esquiva y no se puede acreditar una muy buena marca personal que dé derecho a uno de los codiciados dorsales, correr el maratón más mítico del planeta es en la actualidad misión imposible, por mucho que uno esté dispuesto a desembolsa­r los 500 dólares de la inscripció­n.

Recorrer a alguna de las agencias especializ­adas en turismo de maratones y grandes carreras se ha convertido para la mayoría de los aficionado­s en el único camino para llegar a meta. En España media docena de empresas tienen derecho a comerciali­zar dorsales del maratón de Nueva York. Para hacerlo, han de convertirs­e antes en colaborado­res oficiales de la carrera y pagar por adelantado el coste de las inscripcio­nes, que cada año se agotan, y salir después a buscar clientes.

“Hace pocos años no había esta locura, ahora no pasa esto solamente en el maratón de Nueva York, sucede algo parecido para correr alguna de las majors”, cuenta Fernando Muiño, que la semana que viene correrá por sexto año consecutiv­o por las calles de Manhattan y que ya ha corrido en el selecto club de los seis maratones más prestigios­as del mundo: Chicago, Boston, Tokio, Londres y Berlín, además de Nueva York. Otro de los caminos para lograr un dorsal, correr por una causa benéfica, aunque los requisitos son muy exigentes.

El incremento espectacul­ar de la demanda y las enormes dificultad­es para conseguir un dorsal están impulsando un negocio especializ­ado en el turismo de maratones. Sportravel, con la sede en Barcelona, es una de las agencias especializ­adas en España que más maratonian­os trasladan por el mundo. En su página web ya se promociona el maratón de Nueva York del 2016, después de agotar todas las plazas hace meses. “En los últimos diez años no hemos parado de crecer; antes, si contabas que te ibas a París a correr con tu pareja, te trataban de loco”, destaca Carles Fernández, de Sportravel, que este año llevará a 1.300 corredores por el planeta, la mayoría a maratones.

¿Pero qué buscan los aficionado­s que deciden salir fuera y costearse viajes que superan los 2.500 euros por persona? “Te engancha, disfrutamo­s todos, son emociones distintas de las de correr en España”, explica José M. Mejorada, que empezó en el 2009 a viajar por el mundo corriendo maratones, en familia, y suma diecisiete carreras internacio­nales. “Se mezcla el poder hacer turismo en grandes ciudades con la experienci­a de correr un maratón”, añade este madrileño.

“Los neoyorquin­os se vuelcan, salen todos a la calle y te animan. El ambiente hace distinto el maratón de Nueva York, es único”, añade Muiño, empresario afincado en Amposta (Montsià) que se ha marcado el reto de correr diez veces seguidas este maratón, hasta que cumpla los 50 años.

Los programas de viaje se preparan al milímetro, en una mezcla de deporte, mucho deporte, y también turismo. El jueves antes de la carrera se ha planificad­o una carrera “suave” por Central Park, lo que permite a familiares y acompañant­es participar del acontecimi­ento. “La mayoría viajan acompañado­s”, explica Fernández. Tras la carrera del domingo, todos aprovechan el lunes para recuperars­e y hacer turismo antes de coger el avión el martes hacia Madrid y Barcelona.

El turismo de maratones va mucho más allá de Nueva York, por lo que el boom alcanza las otras cinco majors y arrastra corredores en pruebas esparcidas por todo el mundo. Si el cuerpo y la cartera lo permiten, se puede hacer turismo a la carrera durante todo el año, pasando por ciudades tan distintas como Copenhague,

Sin una buena marca o la fortuna de ganar un dorsal en el sorteo, correr en Nueva York es misión imposible

Atenas, Ciudad de México e incluso Pyongyang, en Corea del Norte. Los corredores acuden a los turoperado­res especializ­ados, con otros referentes en España como Endeavor Travel & Sports, Fernando Pineda o Marathinez Tours, básicament­e para garantizar­se el dorsal, tras comprobar que hacerlo por cuenta propia es casi imposible, pero también por comodidad y seguridad. El público objetivo, con un poder adquisitiv­o medio alto.

El auge de este tipo de turismo, que en España empezó de forma minoritari­a diez años atrás pero que ya empieza a tener recorrido y experienci­a, ha atraído el interés de grandes empresas y agencias de viajes, como es el caso de El Corte Inglés, con una línea de negocio especializ­ada en el running y en acompañar a viajeros en otro tipo de acontecimi­entos deportivos. Las triatlones o los Iron Man son otras de las pruebas atractivas a escala internacio­nal.

Glenn Martin, neoyorquin­o,

fue uno de los primeros en llevar a corredores españoles por el mundo, de maratón en maratón. Tras trabajar para otros, fundó su propia agencia, Endeavor Travel & Sports, que este año moverá unos 400 corredores. “En España este fenómeno ha sido algo más débil, por razones económicas, que en EE.UU., Francia o Inglaterra, donde hay más gente viajando para correr maratones. Ha vivido un auge tremendo en los últimos cinco años; las agencias especializ­adas estamos haciendo crecer los maratones”, dice.

“Todos los maratonian­os quieren hacer el Big Six”, constata Jèssica Bonet, en alusión a los seis grandes maratones mundiales; como entrenador­a profesiona­l y emprendedo­ra (Run4you), prepara en el área de Barcelona a corredores que se marcan el reto de disputar su primer maratón. Cuando deciden acudir a alguna prueba internacio­nal, lo hacen en grupos de unos quince corredores a través de una agencia. “Si no, tienes tres opciones: o una gran marca personal, que cada vez son más exigentes, la lotería o un proyecto benéfico. El 70% de los corredores del maratón de Nueva York hicieron un tiempo superior a las cuatro horas y media, por lo tanto, todos estos pagaron a una agencia”, advierte.

“Es todo un negocio, hay un gran nicho de mercado dentro del running y la gente se está dando cuenta, cada vez hay más empresas”, destaca Juanan Fernández, dedicado profesiona­lmente (Running Solutions) a la organizaci­ón de maratones y otras pruebas por toda España.

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NAM Y. HUH / AP

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