Tsipras pasa su primer examen en el Parlamento tras ser reelegido
Grecia aprueba un nuevo paquete de austeridad exigido por los acreedores
Era el primer examen para el nuevo Gobierno del primer ministro griego, Alexis Tsipras, reelegido en septiembre después de que una rebelión contra la austeridad rompiera su partido, Syriza, y le obligara a volver a las urnas tras sólo ocho meses en el poder. El Parlamento de Atenas aprobó anoche un nuevo paquete de incrementos fiscales y reformas exigido por los acreedores para desembolsar el siguiente tramo del rescate, por 2.000 millones de euros.
Aunque la oposición en bloque votó en contra salvo en algunos artículos aislados, la coalición de Gobierno –entre la izquierdista Syriza y los nacionalistas de Griegos Independientes– hizo valer su mayoría de 155 escaños y Alexis Tsipras logró superar la votación sin sobresaltos. Las elecciones de septiembre le sirvieron para limpiar su partido: los disidentes en Syriza se presentaron bajo unas nuevas siglas, pero se quedaron fuera de la Cámara.
El sindicato de funcionarios Adedy protestó contra las medidas de austeridad ayer por la tarde en la plaza Sintagma, frente al Parlamento, mientras que el sindicato Pame, vinculado a los comunistas del KKE, marchó por su cuenta –como suele hacer– en otra zona del centro de Atenas. También el sindicato de la compañía ferroviaria OSE, en vías de privatización, convocó un paro de dos horas. La movilización, sin embargo, queda muy lejos de las manifestaciones masivas y a veces violentas en la cúspide de la crisis griega, entre el 2010 y el 2012, cuando Syriza estaba en la oposición y el poderoso sindicato del sector privado GSEE también participaba.
El proyecto de ley, que cuenta con 27 páginas y 10 artículos, es un peldaño más de la ley base aprobada a mediados de agosto por el anterior gobierno de Tsipras, después de que se viera obligado a firmar un tercer rescate por 86.000 millones de euros en tres años para salvar a Grecia de la suspensión de pagos y la posible salida del euro. Fue toda una capitulación para Syriza, que había llegado al poder con la promesa de que enterraría la austeridad.
Los acreedores impusieron un calendario estricto de las medidas que Grecia debía aprobar si quiere seguir cobrando los préstamos. Syriza no ha tenido más remedio que cruzar muchas de sus viejas líneas rojas. El último paquete legislativo, por ejemplo, aumenta la edad de jubilación a los 67 años y penaliza el retiro anticipado. Los acreedores también han impuesto una subida de los intereses (del 3% al 5%) para quienes se acogieron a la posibilidad de devolver a plazos sus deudas al Estado, una de las medidas estrella de Tsipras cuando llegó al poder. Y se incrementa el odiado impuesto de propiedad, para tasar también los bienes en el extranjero.
En paralelo, endurece la lucha contra el fraude fiscal –una medida que casa con el programa de Syriza– con penas de al menos dos años de cárcel para cantidades no declaradas del IVA que superen los 50.000 euros y de más de 100.000 euros en el impuesto sobre la renta. En cambio, el Gobierno optó por retirar finalmente la subida de los impuestos sobre las rentas de alquiler, ante la fuerte polémica que suscitó su anuncio.
El principal partido de oposición, el conservador Nueva Democracia, los socialdemócratas del Pasok y el partido liberal To Potami votaron en contra, a pesar de que hace sólo dos meses apoyaron a Tsipras cuando firmó el rescate en contra de parte de su partido y tuvo que aprobar en el Parlamento las primeras medidas de austeridad que exigían los acreedores. Además, el primer y el segundo rescate llevan las firmas de Nueva Democracia y Pasok, los dos partidos que se alternaron en el poder hasta el 2014, que aprobaron recetas de austeridad muy parecidas a las que ahora rechazan.
En esta ocasión, sus votos ya no son necesarios –Tsipras tiene la mayoría garantizada– y pueden permitirse pronunciar encendidos discursos de oposición. “Decimos no a los nuevos impuestos y recortes de sueldos y pensiones, a medidas que nos empobrecen y harán crecer el paro”, denunció el líder conservador, Evanguelos Meimarakis. El Pasok acusó al izquierdista Tsipras de aplicar “medidas neoliberales” y To Potami dijo que el Gobierno “condena a Grecia a una nueva recesión por culpa de sus errores”, en referencia al pulso de Alexis Tsipras con la Unión Europea este verano, cuando convocó un referéndum sobre la austeridad que irritó a los poderes europeos.
2.000 MILLONES DE EUROS Atenas establece las medidas necesarias para recibir el siguiente tramo del rescate
LA OPOSICIÓN VOTA EN CONTRA Nueva Democracia, Pasok y To Potami cargan contra las recetas de austeridad