Pastoral evangélica
Sinfónica de Bamberg
Solista: Christian Blackshaw, piano Dirección: Jonathan Nott Lugar y fecha: Temporada Ibercamera. L’Auditori (14/X/2015)
Formidable inicio de temporada de IberCamera con una orquesta y un solista excepcionales. El veterano pianista Christian Blackshaw se lanza nuevamente a la escena y muestra su perfil de pianista romántico –de escuela– con su interpretación del Concierto nº 20 en Re menor, de Mozart. Una obra del último cuarto del siglo XIX que ya apunta maneras muy dramáticas y abre el camino a las inquietudes expresivas de Beethoven. Sin entrar en detalles técnicos, tanto el concierto como la orquesta parecen querer salir del marco clásico, y ello facilita la coherencia con los solistas, que, sobre todo en las muy visibles cadencias, inciden en la visión romántica. Desconozco qué cadencia tocó Blackshaw, pero el mismo Beethoven llegó a escribir estas partes a solo para sus interpretaciones, y su desarrollo especulativo me ha sonado a ello. De subrayar la claridad y la musicalidad con que Blackshaw dialogó con la orquesta, quizá de rítmica muy marcada por el director Nott, que hizo gala de sus exquisitas dinámicas –complejas para esta sala– con piano romántico.
La Obertura Egmont op 84 fue la carta de presentación orquestal. Un director de gesto elocuente pero pegado a los instrumentos, quizá más cercano a aquella forma de dirigir que se le atribuía al propio Beethoven, ocupado en la expresión, una vez que el tempo se hubiese sustanciado en la orquesta. Nott subrayó contrastes, crescendos y juego de tensiones. Aunque la estructura expresiva de la obra pide quizá mayor calidez frente a un desenlace brillante pero frío.
La apoteosis fue la versión que esta magnífica orquesta hizo de la Pastoral de Beethoven. Muchas veces se ha comparado a la orquesta con el símil de la industria, y en este caso era un motor de un Porsche con un conductor que sabía a dónde podía llegar, con una respuesta muy medida y a la vez total de cada sección. Unos solistas de maderas excepcionales (clarinete y flauta), un comienzo con dinámicas alucinantes, claridad y distinción de las distintas atribuciones a la cuerda en el comienzo del Andante. Y la eclosión de la tormenta, con brillo de relámpago, nitidez, tensión, contraste y color,... y un fraseo elocuente ¿qué más se puede pedir?Un ejemplo de lo que quisiéramos,.... ¿por qué no?