El líder más esperado
Caicedo es la gran esperanza blanquiazul tras su retorno triunfal de Ecuador
Renunció a jugar la Copa América el pasado verano para completar la pretemporada con el Espanyol y ofrecer su mejor forma física, a la vez que se comprometía a volver con su selección cuando se encontrase a su mejor nivel y más lo necesitasen. Y ha cumplido con creces. Felipe Caicedo se ha convertido en ese jugador que tanto esperaba el españolismo para ejercer como líder tras la marcha de Sergio García. A la vez que ha regresado esta semana con la selección ecuatoriana para avanzar de su mano en su camino al Mundial con una histórica victoria a domicilio ante Argentina y otra ante Bolivia, en ambos casos con gol suyo.
“Nunca habíamos dudado de él, porque lo conocemos, pero es cierto que este año Felipe físicamente es otro jugador, ha empezado la temporada como el jugador top que es –señalaba ayer el técnico blanquiazul, Sergio González–. Su implicación y compromiso con el club eran ya incuestionables, ahora también lo es su estado de forma”.
Pese a dosificarlo hasta el extremo atendiendo a los parámetros médicos con los que trabaja el club, Sergio no dudará en tirar del ecuatoriano en estos dos desplazamientos seguidos que afronta su equipo –Betis y Rayo Vallecano– pese a que el jugador se reincorporó ayer mismo a la disciplina del club y sólo habrá completado una sesión de entrenamientos antes del partido de esta noche en el Benito Villamarín. Además de necesitarlo ante la baja de Gerard Moreno, el entrenador no quiere desaprovechar su momento de motivación y su racha goleadora con su país.
“La cara y el orgullo con el que ha aparecido en la ciudad deportiva eran el mejor indicador de su estado y de sus ganas de jugar –explicó ayer Sergio–. Sabemos que es un jugador corpulento que se desgasta mucho en cada partido, pero esa alegría por lo que ha conseguido hacer estos días supera todo el cansancio”.
Caicedo ha disputado con Ecuador dos partidos enteros, algo que no acostumbra a hacer con el Espanyol, en apenas cuatro días. Uno de ellos en Quito, a casi 3.000 metros de altura. Eso, sumado a dos viajes transatlánticos, deben hacer mella en su rendimiento, aunque Sergio no tiene dudas sobre su participación ante el Betis. Su equipo también lo necesita y Felipe confirmó al técnico que podía responder.
“Estoy feliz, mejor que nunca”, confesó el delantero a sus compañeros tras regresar de casa convertido en el nuevo héroe de su país. “Simplemente hice lo que pude”, afirmó este delantero modesto, que no dudó en dedicar el gol que marcó el pasado martes en Quito a un amigo de la infancia del barrio marginal de Guayaquil donde creció.