‘Fontanero’ peronista
JUAN CARLOS MAZZÓN (1944-2015) Militante histórico del Partido Justicialista
Entender el peronismo es complejo hasta para los propios argentinos. Pero si alguien podía entender el movimiento fundado por el general Perón, explicarlo, interpretarlo e incluso ayudar a transformarlo, esa persona era Juan Carlos Mazzón. Comprender el trabajo que durante años desarrolló este histórico miembro del aparato del Partido Justicialista (PJ), ayuda mucho a leer este fenómeno político, que los peronistas definen como un sentimiento.
Mazzón era un histórico operador del partido; lo que en la jerga política española llamaríamos fontanero. Era el fontanero del aparato por excelencia, pero su papel iba mucho más allá de lo que se entiende en España, teniendo en cuenta que el justicialismo, a su vez, está formado por infinidad de ismos y grupúsculos de poder, cada uno de los cuales se concentra generalmente alrededor de un líder.
Por supuesto, se trata de una estructura paralela e informal, pero es donde radica el poder, mientras que el aparato orgánico del partido es un simple formalismo de apariencia democrática. Kirchnerismo, menemismo, duhaldismo, cristinismo, massismo, sciolismo… Todos los ismos son peronistas y a menudo están enfrentados entre ellos. Mazzón era el punto de encuentro, quien levantaba el teléfono y pasaba mensajes de un lado a otro, componía acuerdos y listas electorales o suscribía pactos de no agresión. Su agenda valía oro. Ministros, gobernadores, alcaldes, sindicalistas… todos le cogían el teléfono y nunca rechazaba una llamada o reunión; incluso con periodistas. Siempre desde la sombra y el off the record.
Y siempre a sueldo del presidente peronista de turno. Durante el kirchnerismo y hasta marzo pasado ocupó en la Casa Rosada el cargo de coordinador general de Asuntos Político Institucionales. Los ministros iban a su influyente despacho y no al revés. Ejerció cargos de similar título, aunque con idénticas funciones, tanto con Carlos Menem, como con Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner o Cristina Fernández.
Apodado el Chueco, Mazzón nació en la provincia de Santa Fe, pero de pequeño se trasladó a Mendoza, donde se inició como militante peronista en la agrupación derechista Guardia de Hierro, la misma con la que simpatizó el papa Francisco. En Mendoza conoció a José Luis Manzano, que fue ministro del Interior del presidente Menem, y con quien ejerció de viceministro en la única época en que Mazzón tuvo visibilidad pública.
De hecho, la clave de su poder dentro del peronismo era precisamente que no buscaba el poder, aunque lo tenía más que muchos cargos públicos. Sin embargo, en marzo Fernández le puso la cruz y lo despidió. La presidenta se enfadó porque Mazzón empezaba a tomar partido por Daniel Scioli en la lucha por sucederla en las elecciones del 25 de octubre, cuando Fernández aún no apostaba como ahora por el gobernador de Buenos Aires como su candidato. Además, Mazzón había elaborado listas electorales marginando a los candidatos de La Cámpora, las juventudes kirchneristas, que ahora representan el ala más izquierdista del inescrutable peronismo. Todos los ismos peronistas expresaron sus condolencias ante el fallecimiento del Chueco a los 71 años.