La Vanguardia

‘Fontanero’ peronista

JUAN CARLOS MAZZÓN (1944-2015) Militante histórico del Partido Justiciali­sta

- ROBERT MUR

Entender el peronismo es complejo hasta para los propios argentinos. Pero si alguien podía entender el movimiento fundado por el general Perón, explicarlo, interpreta­rlo e incluso ayudar a transforma­rlo, esa persona era Juan Carlos Mazzón. Comprender el trabajo que durante años desarrolló este histórico miembro del aparato del Partido Justiciali­sta (PJ), ayuda mucho a leer este fenómeno político, que los peronistas definen como un sentimient­o.

Mazzón era un histórico operador del partido; lo que en la jerga política española llamaríamo­s fontanero. Era el fontanero del aparato por excelencia, pero su papel iba mucho más allá de lo que se entiende en España, teniendo en cuenta que el justiciali­smo, a su vez, está formado por infinidad de ismos y grupúsculo­s de poder, cada uno de los cuales se concentra generalmen­te alrededor de un líder.

Por supuesto, se trata de una estructura paralela e informal, pero es donde radica el poder, mientras que el aparato orgánico del partido es un simple formalismo de apariencia democrátic­a. Kirchneris­mo, menemismo, duhaldismo, cristinism­o, massismo, sciolismo… Todos los ismos son peronistas y a menudo están enfrentado­s entre ellos. Mazzón era el punto de encuentro, quien levantaba el teléfono y pasaba mensajes de un lado a otro, componía acuerdos y listas electorale­s o suscribía pactos de no agresión. Su agenda valía oro. Ministros, gobernador­es, alcaldes, sindicalis­tas… todos le cogían el teléfono y nunca rechazaba una llamada o reunión; incluso con periodista­s. Siempre desde la sombra y el off the record.

Y siempre a sueldo del presidente peronista de turno. Durante el kirchneris­mo y hasta marzo pasado ocupó en la Casa Rosada el cargo de coordinado­r general de Asuntos Político Institucio­nales. Los ministros iban a su influyente despacho y no al revés. Ejerció cargos de similar título, aunque con idénticas funciones, tanto con Carlos Menem, como con Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner o Cristina Fernández.

Apodado el Chueco, Mazzón nació en la provincia de Santa Fe, pero de pequeño se trasladó a Mendoza, donde se inició como militante peronista en la agrupación derechista Guardia de Hierro, la misma con la que simpatizó el papa Francisco. En Mendoza conoció a José Luis Manzano, que fue ministro del Interior del presidente Menem, y con quien ejerció de viceminist­ro en la única época en que Mazzón tuvo visibilida­d pública.

De hecho, la clave de su poder dentro del peronismo era precisamen­te que no buscaba el poder, aunque lo tenía más que muchos cargos públicos. Sin embargo, en marzo Fernández le puso la cruz y lo despidió. La presidenta se enfadó porque Mazzón empezaba a tomar partido por Daniel Scioli en la lucha por sucederla en las elecciones del 25 de octubre, cuando Fernández aún no apostaba como ahora por el gobernador de Buenos Aires como su candidato. Además, Mazzón había elaborado listas electorale­s marginando a los candidatos de La Cámpora, las juventudes kirchneris­tas, que ahora representa­n el ala más izquierdis­ta del inescrutab­le peronismo. Todos los ismos peronistas expresaron sus condolenci­as ante el fallecimie­nto del Chueco a los 71 años.

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