Forcadell divide al Parlament con un “Viva la república catalana”
Forcadell se estrena como presidenta con un discurso que es acogido con división
Carme Forcadell tomó posesión como presidenta del Parlament con los votos de Junts pel Sí, la CUP y cinco diputados de Catalunya Sí que es Pot, apoyo que forma parte de un pacto sobre la composición de la Mesa de la Cámara. Forcadell hizo un discurso que dio por cerrada “la etapa autonómica”, proclamó el inicio de un “proceso constituyente” y culminó con un “Viva la república catalana”. Una intervención que fue acogida con críticas por parte de los grupos de la oposición.
La nueva presidenta de la Cámara recibe el apoyo de cinco diputados de Catalunya Sí que es Pot
La undécima legislatura, que se mire como se mire será la más corta de la historia desde la recuperación del autogobierno de Catalunya, arrancó ayer con la constitución del Parlament. Y lo hizo de acuerdo con todas las previsiones: una mayoría, por vez primera, independentista, que eligió presidenta a Carme Forcadell, la expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y número dos de la lista de Junts pel Sí, que, a su vez, se estrenó con una llamada a la construcción de la república catalana que evidenció la división presente en el hemiciclo. Todo ello, además, con el trasfondo de la negociación sobre la investidura del presidente de la Generalitat entre la coalición de CDC y ERC y la CUP que, de momento, permanece encallada.
“En esta undécima legislatura cerramos la etapa autonómica y alzamos un nuevo escenario hacia el mañana, seamos conscientes de que protagonizamos un momento fundacional, porque pasamos de un Parlament regional de competencias limitadas, recortadas y recurridas a un Parlament nacional con plenas atribuciones”, proclamó una emocionada Carme Forcadell en su discurso de toma de posesión, en el que invitó a los diputados a “ponernos a caminar e iniciar el proceso constituyente” con un triple viva: “¡Viva la democracia, viva el pueblo soberano, viva la república catalana!”. Toda una declaración de intenciones que la mitad y un poco más (Junts pel Sí y la CUP) acogió con aplausos y puesta en pie y la mitad y un poco menos restante (C’s, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP) sentada en sus escaños y en silencio.
Una imagen del momento político en que se encuentra Catalunya y que ya se había reproducido en la intervención del presidente de la mesa de edad, Julià de Jòdar, de la CUP, en la que reivindicó que “queremos salir de la jaula, no cambiarla, sino huir”, y que concluyó con un “¡viva la tierra!”. Y que concitó exactamente la misma reacción. Con la diferencia de que a la nueva presidenta del Parlament tardaron en lloverle las primeras críticas lo que duró el pleno. De nada sirvió su compromiso inicial con la “diversidad y pluralidad” representadas en el hemiciclo. Inés Arrimadas (C’s), futura jefe de la oposición, consideró su discurso “excluyente”. Miquel Iceta (PSC) le afeó que no separara “sus ideas políticas de su papel institucional”. Y Xavier García Albiol (PP) habló de “perversión del Parlament”. El PP, de hecho, difundió incluso un vídeo a través de las redes sociales con un mensaje harto elocuente de su posición absolutamente contraria: “Pasamos de la presidenta del adoctrinamiento (Núria de Gispert) a la del odio (Carme Forcadell)”.
Capítulo aparte es la valoración de Catalunya Sí que es Pot, que no aplaudió el discurso básicamente en disconformidad por cómo se habían desarrollado las negociaciones en torno a la composición de la mesa, pero sobre el que su jefe de filas, Lluís Rabell, se mostró convencido de que la nueva presidenta del Parlament ejercerá su papel con “ecuanimidad y responsabilidad”. La realidad es que Carme Forcadell, además de los 62 votos de Junts pel Sí y los 10 de la CUP obtuvo también 5 de Catalunya Sí que Pot –77 en total–, acordados dentro del reparto de la mesa y como gesto de “buena voluntad”. Gesto, en cualquier caso, que desde Podemos el propio Pablo Iglesias se apresuró a precisar que no sentaba ningún precedente respecto a la investidura del presidente de la Generalitat, en la medida en que en ningún caso su formación apoyaría a un Govern presidido por Artur Mas o con consellers de CDC.
Junto a la elección de la expresi-
C’s y PSC censuran el partidismo de la exlíder de la ANC y el PP la tilda de “presidenta del odio”
denta de la ANC, la constitución del Parlament certificó que Junts pel Sí tiene la mayoría en la mesa, con Lluís Corominas de vicepresidente primero y Anna Simó y Ramona Barrufet de secretarias primera y cuarta, respectivamente. A ellos les acompañarán José María Espejo-Saavedra (C’s) como vicepresidente segundo, David Pérez (PSC) como secretario segundo y Joan Josep Nuet (Catalunya Sí que es Pot) como secretario tercero. Ni el PP ni la CUP tienen representación, pero Carme Forcadell anunció, como parte de los acuerdos sobre la composición del máximo órgano de gobierno del Parlament, que podrán asistir con voz pero sin voto a las reuniones, la primera de cuales ya se celebra hoy. Además de proceder a esta convocatoria, lo primero que hizo Carme Forcadell tras ser elegida fue comunicar por escrito la constitución del Parlament al Rey, al presidente de la Generalitat y a los presidentes del Congreso y el Senado.
Y su siguiente cometido será abrir una tanda de contactos con todos los grupos encaminada a la investidura del presidente de la Generalitat. Pero por ahora la ronda no corre prisa –para la fecha límite de inicio del pleno, el 9 de noviembre, faltan dos semanas–, a la vista de la extrema dificultad de las conversaciones entre Junts pel Sí y la CUP, que se mantienen enrocados en sus respectivas posiciones. De momento, la undécima legislatura ha arrancado y todo el mundo tiene claro que será la más corta: lo que nadie sabe todavía es si durará dieciocho meses en el mejor de los casos o apenas cuatro y medio si es preciso repetir las elecciones.