Alberto Guijarro
El Ayuntamiento señala que la medida se tomó contra la sala y no contra el festival
CODIRECTOR DE PRIMAVERA SOUND
A pesar de los problemas logísticos derivados del inesperado precinto del Teatre Principal en su jornada inicial, el Primavera Club volvió a confirmarse como un excelente escaparate para algunos de los próximos héroes de la escena indie.
Aunque la noticia del precinto del teatro Principal el pasado viernes por la noche ya ha sido publicitada en todos los medios desde el preciso momento de su puesta en práctica, las motivaciones que aconsejaron aplicarla precisamente en ese momento siguen despertando todo tipo de interrogantes y especulaciones en los medios musicales de la ciudad.
Como se recordará, la empresa organizadora del referencial festival Primavera Sound había programado para este pasado fin de semana una nueva edición del Primavera Club, una serie de casi cuarenta conciertos y sesiones de dj en cuatro salas de la ciudad, las dos del Apolo y el teatro Latino y el Principal, ubicadas estas dos últimas en el histórico edificio de la Rambla barcelonesa. Pocos minutos antes del primer concierto que se tenía que ofrecer en ese espacio (Holögrama, a las ocho y media de la tarde del viernes), la guardia urbana procedió al precinto de la sala porque el citado espacio incumplía la normativa municipal. En concreto, que sin tener licencia de discoteca, el teatro funcionaba como tal. En la nota hecha pública por el Ayuntamiento a las pocas horas de producirse ese precinto, se abundaba en otros extremos: en una inspección realizada el pasado día 18 de octubre se constató esa transgresión de la normativa, por lo que se emitió una orden de precinto que curiosamente se ejecutó el día del pistoletazo del Primavera Club.
En la referida nota, el ente municipal correspondiente resaltaba que la licencia del Principal no permite que haya sala de baile ni en platea ni en el escenario; que se pueden consumir bebidas pero solo en el espacio delimitado del bar y no en el conjunto de la sala de teatro, aspectos que incumplía la sala. O sobre su horario de cierre, estipulado para las 1.30 de la madrugada pero que en el momento de realizarse la inspección, las 3 de la madrugada, el espacio estaba a pleno rendimiento.
Lo sorprendente de este suceso es que la organización no tuviese aparentemente noticia de cuándo se iba producir el precinto, razón por la que no decidió modificar ni, consecuentemente, anunciar los posibles cambios horarios y de local que se tendrían que haber hecho. El Ayuntamiento conocía perfectamente la celebración del Primavera Club, cuyo cartel y horarios eran públicos desde semanas antes. Los interrogantes sobre esta aparente falta de información entre el Ayuntamiento y la organización o la falta de comunicación entre estos, son abundantes desde entonces. De momento, ayer tanto los responsables del teatro como del Primavera Sound, declinaron opinar del tema a este diario.
Las consecuencias de este precinto relámpago para el aficionado fueron evidentes, así como para algunos grupos y solistas participantes, especialmente para los que tenían previsto actuar en el local de la Rambla, que acabaron siendo reubicados en las salas del Apolo.
El precinto demuestra falta de complicidad entre los organizadores y el Consistorio
Previendo o reflejando la polvareda que la intervención del viernes en el teatro Principal iba a provocar, en la mañana del sábado, Gala Pin, valoraba la operación en su cuenta de Facebook: “(...) os explico esto porque ayer por la noche [en referencia al viernes] algunos de vosotros me llamasteis pensando que el precinto estaba relacionado con la actividad que estaba programada para la noche de ayer. Y no es así, no tiene nada que ver con lo que se hacía ayer, sino con lo que la sala viene haciendo desde hace meses (posiblemente años)”. Ayer por la noche una portavoz municipal insistió en que el viernes se cumplieron los protocolos una vez hecha la inspección y que aunque no se avisó “lógicamente” con antelación al teatro del día en que se iba a realizar el precinto, una vez producido este, el ayuntamiento se puso a disposición de los responsables del festival para solventar los problemas y cuestiones derivadas del cierre provisional del local de la Rambla.