El imperio japonés
Bruselas admite que conocía problemas con los tests
Toyota ha arrebatado a Volkswagen el trono mundial en pleno escándalo de los motores trucados: en los siete primeros meses del año, antes de conocerse el fraude, el grupo japonés vendió 7,49 millones de coches, mientras que el alemán se quedó en 7,43 millones.
Toyota ha arrebatado a Volkswagen el trono mundial en pleno escándalo de los motores trucados. Según los datos conocidos ayer, en los siete primeros meses del año el grupo japonés ha vendido más de 7,49 millones de vehículos (incluida la marca Toyota, la enseña de lujo Lexus, los minicoches Daihatsu y los camiones Hino). Ha rebasado así los 7,43 millones de Volkswagen, antes incluso de que se note el impacto del fraude en el diésel que estalló a mediados de septiembre.
Apenas un mes le ha durado a VW el primer puesto, que consiguió al término del primer semestre de este año. Hasta septiembre, Toyota y VW vieron reducidas sus ventas en el mismo porcentaje, un 1,5%. En el caso de Toyota, se atribuye a la caída de sus ventas en Japón, donde la economía sigue sin despegar. En el caso de VW, la bajada se argumenta por la mala evolución de los mercados de China y Brasil.
El grupo japonés se ha encaramado al primer lugar, pero con una diferencia de sólo 60.000 unidades sobre VW. Por lo tanto, el liderazgo en los próximos meses va a depender sobre todo de la reacción de los consumidores ante el caso de los motores diésel. Es difícil hacer previsiones. El nuevo presidente del grupo alemán, Mattias Müller, asegura que de momento los pedidos no se han resentido, aunque los analistas se inclinan por que Toyota acabara el ejercicio en el primer puesto mundial, con unos 11 millones de unidades. Ayer, VW anunció el fichaje de un exdirectivo de General Motors, Thomas Sedran, como nuevo responsable de estrategia del grupo, quien reportará directamente a Müller.
Después de 70 años de hegemonía de General Motors, Toyota se alzó al primer puesto mundial en el 2007, aunque en el 2011 se vio rebasada de nuevo por General Motors y también por Volkswagen debido a la crisis de los fallos en los frenos y al tsunami. Pero la japonesa se rehizo pronto y en el 2013 recuperó el podio.
El escándalo de los motores diéconfirmó sel de VW dotados de un software destinado a falsear los datos de emisiones de NOx (óxido de nitrógeno) está salpicando a otras marcas y también a las instituciones. Ayer, la Comisión Europea (CE) que conocía que los test practicados a vehículos en laboratorio arrojaban datos distintos a los que daban las pruebas en carretera, pero aseguró que estas diferencias no tienen por qué deberse a la existencia de un fraude. “La CE estaba al tanto de que los test en laboratorio no capturaban de forma precisa la cantidad de óxido de nitrógeno emitida durante las condiciones reales de conducción, lo que puede deberse a muchos factores”, dijeron a Efe fuentes comunitarias, confirmando así la información avanzada por Financial Times. Ese diario reveló el domingo que el entonces comisario europeo de Medioambiente, Janez Potocnik, alertó de que los fabricantes de automóviles estaban manipulando pruebas europeas de emisiones contaminantes aunque la Comisión no tomó medidas inmediatas y mantuvo en vigor un plan anterior que permitió algunas “lagunas” que fueron aprovechadas por Volkswagen. Y añade que Potocnik llegó a escribir una carta en febrero del 2013 a Antonio Tajani, entonces comisario europeo de Industria, para que propusiera rápidamente nuevas medidas contra los fabricantes, como la retirada de la aprobación de las emisiones para un modelo de vehículo. Tajani negó ayer que hubiera sido informado sobre ese problema.
En Alemania también se ha puesto en el punto de mira a Opel. Unas pruebas realizadas por la ONG alemana Deutsche Umwelthilfe (DUH) sugieren que también habría manipulado los resultados de las pruebas de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). El modelo sobre el que se han realizado los análisis es el Opel Zafira 1.6 litros diésel. En función de las pruebas realizadas, las emisiones de NOx superarían hasta 17 veces el umbral oficial permitido.
Para acallar las especulaciones, el grupo francés PSA (Peugeot Citroën) anunció que publicará en unas semanas datos de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de consumo en régimen de funcionamiento real de todos sus vehículos. No se medirá sin embargo la emisión del polémico NOx.