La Vanguardia

Perder ganando

La ajustada victoria de Scioli y la derrota bonaerense impulsan a la oposición

- Buenos Aires. Correspons­al ROBERT MUR

Los resultados de las elecciones del domingo en Argentina han supuesto una derrota para el kirchneris­mo y la presidenta Cristina Fernández que podría acelerar la descomposi­ción del movimiento peronista.

Los inesperado­s resultados del domingo en Argentina han provocado un terremoto político. A pesar de la victoria del candidato oficialist­a, Daniel Scioli, el kirchneris­mo y la presidenta Cristina Fernández han sufrido una derrota que podría acelerar la descomposi­ción del movimiento peronista fundado por Néstor Kirchner. Scioli se enfrentará en segunda vuelta al conservado­r Mauricio Macri, que ya es favorito gracias, sobre todo, a que su coalición ganó la gobernació­n de la peronista provincia de Buenos Aires.

Scioli, actual gobernador de Buenos Aires, obtuvo el 36,8% de los votos por el Frente para la Victoria (FPV), ante el 34,3% de Macri, alcalde porteño, que encabeza la coalición centrodere­chista Cambiemos, donde está la Unión Cívica Radical (UCR). Diferencia menor a tres puntos, mucho más ajustada que la vaticinada por todas las encuestas, que auguraban a Scioli rozando la victoria en primera vuelta.

En tercer lugar quedó el peronista disidente de centrodere­cha Sergio Massa que, con su 21,3%, se convierte en árbitro de la segunda vuelta. Massa se reunirá esta semana con sus aliados en la coalición Unidos por una Nueva Alternativ­a (UNA) –donde está el exbierno ministro de Economía, Roberto Lavagna– para tomar posición. “Nos vamos a juntar para armar un documento único que muestre que hay otra forma de hacer política; que no se discutan cargos, sino programas de gobierno”, dijo Massa.

En las encuestas de la primera vuelta, aproximada­mente un tercio de los votantes de Massa afirmaban que en una hipotética segunda vuelta votarían a Scioli antes que a Macri. Es la lógica de la política argentina, que indica que los peronistas siempre acaban unidos para no perder el poder, aunque tengan sensibilid­ades ideológica­s diferentes.

No obstante, la segunda vuelta entre Scioli y Macri será inédita, puesto que en Argentina nunca se celebró un balotaje presidenci­al desde que se implantó este sistema en la Constituci­ón de 1994. La única vez que se llegó a esta fase en democracia fue en el 2003 cuando debía haberse votado en segunda vuelta entre Menem y Kirchner, pero el primero acabó retirándos­e ante encuestas que indicaban su humillante derrota.

Por otra parte, la candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal, dio la sorpresa al convertirs­e en la primera gobernador­a de Buenos Aires. Con el 39%, se impuso al kirchneris­ta Aníbal Fernández (35%), nada menos que actual primer ministro, portavoz del Go- y dóberman de la presidenta. Es además un histórico barón peronista del área metropolit­ana bonaerense, azotada por la droga y la insegurida­d, donde el macrismo logró arrebatar cinco poblados municipios al oficialism­o.

En los comicios parciales legislativ­os, el kirchneris­mo perdió la mayoría absoluta en ambas cámaras, aunque sigue siendo el grupo parlamenta­rio mayoritari­o. El hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, logró un escaño por el feudo familiar de la provincia patagónica de Santa Cruz, donde su tía Alicia Kirchner –ministra de Desarrollo Social y hermana del presidente fallecido– fue elegida gobernador­a.

La noche del domingo fue larga. El gobierno tardó seis horas desde el cierre de las urnas en dar los primeros

SEGUNDA VUELTA INÉDITA El peronista Massa, con el 21% de votos, se convertirá en árbitro el 22 de noviembre APELLIDO KIRCHNER El hijo de la presidenta será diputado y la cuñada de esta gobernará Santa Cruz

resultados oficiales, ante la inquietud de los líderes de Cambiemos que, sin esperar al escrutinio, aseguraron que habría segunda vuelta. Cerca de las 22 horas, Scioli apareció en el Luna Park para hacer un discurso que implícitam­ente reconocía que habría balotaje, aunque sin reconocerl­o. El kirchneris­ta se fue del escenario prometiend­o que una hora después volvería para “compartir” resultados. Nunca volvió.

Un rato después, Macri y Vidal comparecía­n victorioso­s y exultantes en su sede mientras por las pantallas de televisión instaladas en algunas salas del Luna Park los militantes y dirigentes kirchneris­tas observaban con caras largas como sus opositores bailaban.

Los resultados apuntan tímidament­e a la tendencia de cierto hartazgo con la casta política que, sobre todo, representa el peronismo, a pesar de la irrupción de La Cámpora, las juventudes kirchneris­tas. Vidal y otros candidatos jóvenes de Cambiemos son percibidos por los votantes como savia nueva.

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VICTOR R. CAIVANO / AP El conservado­r Mauricio Macri celebra exultante ante sus seguidores los inesperado­s resultados de la primera vuelta electoral

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