La otra cara del trabajo bien hecho
‘Alertadors contra la corrupció’ pone de manifiesto los riesgos que corren las personas que denuncian irregularidades
Alertadores es una palabra que ha empezado a tener bastante presencia mediática en muchos países europeos. Detrás de la palabra hay unos ciudadanos que se están agrupando para defenderse y proteger sus derechos. Son aquellas personas que han dado el paso de denunciar casos de corrupción y que ahora ven como su vida –y la de sus familiares– se ha convertido en un calvario. Esta noche, el espacio Sense ficció emite el documental Alertadors contra la corrupció (TV3, 21.55 h), dirigido por Montserrat Besses y Pere López, que
busca hacer un retrato humano de estos ciudadanos.
El hilo conductor es el caso de Stéphanie Gibaud, la jefa de marketing y relaciones públicas en París de la Unión de Bancos Suizos (UBS), que denunció al banco por evasión fiscal en grupo organizado y por blanqueo en el año 2009. Gibaud estuvo en la presentación ayer del documental en el Col·legi de Periodistes y se refirió en unas cuantas ocasiones al hecho de encontrarse aún viva gracias a to- dos los que han dado luz a su situación y al hecho de haber cerrado filas con otros alertadores. Giraud remarcó la lucha desproporcionada entre ciudadanas como ella y las multinacionales. “Tenemos que seguir luchando por nuestros valores. Europa tendría que empezar a atacar problemas fundamentales”, señaló Giraud. “Mientras continúe la pareja entre finanzas y política seguirán pasando estas cosas. Hace falta que se rompa para que eso pueda cambiar. La colaboración con los periodistas es lo que nos permite avanzar porque el mundo de la política no tiene ningún interés en hacerlo. Las empresas y el mundo financiero están sobreprotegidos. La situación es inaceptable, hace falta que todo el mundo se movilice para restablecer la democracia”. En ese sentido, el programa se hace eco de que si por un lado se trabaja a favor de la transparencia, por el otro se legisla el secreto como se refleja en una directiva que se prepara en Bruselas sobre el “secreto de negocios”, que supone que el secreto comercial es más importante que el derecho a saber de la ciudadanía.
Además del caso de Giraud, el documental recoge otros casos, profundizando sobre todo en el aspecto humano de los que reciben presiones e intimidaciones para evitar que salgan a la luz prácticas ilegales. Entre estos casos, se encuentra el de Joan Llinarés, director del Palau de la Música (2009-2010), e Itziar González, exconcejal de Ciutat Vella, alertadores asociados al caso del Palau de la Música y del hotel de lujo que se tenía que construir al lado.
Besses, que define los alertadores como aquellos que para “hacer el trabajo bien hecho se meten en la boca del lobo”, se lamentaba de que “estas personas quedan en una posición de vulnerabilidad e indefensión”. La directora quiso dejar claro que la voluntad del documental no era disuasiva; “al contrario, la intención es que haya más unión y valor para denunciar las cosas, y más textos legales para que los alertadores no sufran represalias”.