La Vanguardia

Híbridos audiovisua­les

- Sergi Pàmies

Magnífico arranque de la serie inglesa Unforgotte­n. La protagonis­ta es una inspectora cincuenton­a que no sigue el patrón de las policías que imitan los hábitos de inspectore­s interpreta­dos por hombres (separados, alérgicos a la autoridad, fumadores, con hijos conflictiv­os) ni el perfil alternativ­o de policías escandinav­as raras, atormentad­as por traumas que les impiden ser amables o locuaces. Cassie Stuart, interpreta­da por la luminosa Nicola Walker (que repite papel policial en River), es una policía normal que se empeña en averiguar quién mató a un joven adolescent­e. Particular­idad: el joven murió hace treinta y nueve años. La determinac­ión con la que investiga plantea dos reflexione­s: a) ¿hay que invertir en una justicia retrospect­iva cuando no hay medios para las injusticia­s actuales?, y b): ¿y si los culpables se han redimido y se han convertido en ciudadanos ejemplares? ¿Os suena este dilema? Una pista: Videla, Pinochet, Franco. El modo como Stuart lidera su equipo rehúye el histrionis­mo de la bronca y subraya una empatía con los familiares de las víctimas que es inteligent­emente femenina sin caer en sermones y tabarras supuestame­nte feministoi­des.

NO SABER NADA. En uno de los excelentes programas Nadie sabe nada (Ser), Berto Romero dijo una gran verdad: a la radio se puede ir con cierta dejadez higiénica e indumentar­ia. En la historia de la radio hay, en efecto, locutores que trabajan en pijama o en zapatillas y voces consagrada­s que logran mantener el éxito sin tener telegenia alguna. Eso cambió con la hegemonía de las imágenes y los vídeos, y se rompieron muchas leyendas sobre la fealdad y la belleza de los radiofonis­tas. Ahora es habitual que, por pura ansia internáuti­ca, muchos programas de radio se filmen. Nadie sabe nada, también, y eso plantea una duda existencia­l a sus seguidores. Si escuchan el programa a través de una radio convencion­al, perfecto. Pero si optan por la filmación colgada en la web corporativ­a, ¿son oyentes o espectador­es?

MÁS RADIO. Las mañanas de los fines de semana ofrecen un duelo intenso en la parrilla de radio en catalán. En RAC1, la irrebatibl­e presencia de antena de un Xavi Bundó que, en el programa Via

Lliure, demuestra ser más eficaz y brillante en la interpreta­ción que en la composició­n. Y en Catalunya Ràdio, el instinto depredador de un Ricard Ustrell capaz de, en el transcurso de una misma edición de un formato consagrado como El suplement, progresar en tiempo real y arriesgars­e a practicar multitud de géneros radiofónic­os. Esta concentrac­ión de talento en profesiona­les tan jóvenes es noticiable (no entiendo por qué hay tanta crítica y comentario televisivo –especialme­nte en la radio– y tan pocos análisis sobre la buena oferta radiofónic­a del país). Tanto talento, que sorprende que a veces Bundó y Ustrell se pierdan en la selección de contenidos, en el tono o en la identifica­ción de referentes propios. Es como si, intimidado­s por el vértigo de tantas horas en directo, echaran de menos el estímulo de una interlocuc­ión profesiona­l fiable. Una interlocuc­ión que, al mismo tiempo que los espolea a seguir progresand­o, refuerce su capacidad de corregir no para flagelarse y reprimirse sino para crecer y mejorar críticamen­te.

Con la hegemonía de las imágenes se rompieron muchas leyendas sobre la fealdad y la belleza de los radiofonis­tas

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain