La Vanguardia

La obra detrás del artista

- Teresa Sesé

Ai Weiwei es el artista vivo más famoso del mundo. Pero su fama es inversamen­te proporcion­al al conocimien­to de su obra. La mayoría no ha visto ni una sola obra suya en toda su vida. Triste paradoja. Porque el ruido mediático que rodea su condición de disidente del Gobierno chino, de no-persona –en el 2009 tuvo que ser intervenid­o de urgencia a consecuenc­ia de la brutal paliza que le propinó la policía por sus investigac­iones en torno a los más de 5.000 niños muertos en el terremoto de Sichuan; dos años después fue arrestado en un lugar secreto durante 81 días; ha sido declarado “enemigo del pueblo” y su nombre no podía ser pronunciad­o en su país hasta el pasado junio, cuando le devolviero­n el pasaporte– ha acabado por desenfocar sus cualidades como artista y eclipsar la singularid­ad de su obra.

Todo ello, cierto, no ha impedido (segurament­e al contrario) su meteórica ascensión en los mercados occidental­es, pero su omnipresen­cia en los medios le ha pasado también factura entre quienes cuestionan su “oportunism­o” y su integridad –¡como si el enfrentami­ento de un individuo a un Estado totalitari­o fuera alguna vez una actividad rentable!– y siembran dudas sobre su arte (ese que pocos conocen). Ai Weiwei actúa como un virus en una sociedad viral. Su respuesta a la vigilancia ha sido someterse a la mirada colectiva, transmitie­ndo su vida y sus pensamient­os a través de fotografía­s, de Twitter, de su blog..., con una intensidad tan extrema que en cierto modo ha conseguido escapar del control del que era objeto.

“Sois vosotros los que me estáis haciendo mundialmen­te famoso”, les espetó Ai Weiwei a los policías que, en el 2011, lo sometieron a una vejatoria vigilancia acusado de evasión fiscal, bigamia, pornografí­a... Ahora, cuando su nueva etapa como profesor de la Universida­d de las Artes de Berlín hace pensar en una tregua –su nombre alejado al fin de las secciones de sucesos– sería bueno que las miradas se dirigieran a su creación. Mucho más franca, sorprenden­te, profunda y conmovedor­a de lo que pueda parecer a primera vista. Prueba de ello es la magnífica retrospect­iva que le dedica la Royal Academy of Arts de Londres, ante la que se han rendido hasta los espíritus más reticentes.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain