La mejor Garbiñe brilla en Singapur
Muguruza se estrena en la final de la WTA doblegando a su verdugo en Roland Garros
“Deseaba tanto ganar que he luchado muchísimo por conseguirlo. Era mi debut y estaba nerviosa, pero creo que he conseguido jugar bien”. Garbiñe Muguruza no escondió ayer, aún sobre la pista, la emoción, los nervios y el valor que concede a su estreno con victoria en el Masters de Singapur. Aunque se resolvió en dos sets y las estadísticas dejan clara su superioridad en el juego, su duelo ante la checa Lucie Safarova resultó el más espectacular –y por momentos el más competido– de los cuatro que ya se han disputado en este torneo que mide a las mejores. No tanto por un primera manga en la que Garbiñe rompió el servicio de su rival al principio y al final para adjudicársela con solvencia como por un segundo set que Safarova consiguió llevar a la muerte súbita y, sobre todo, por un tie break en que la jugadora afincada en Barcelona sacó todo su tenis y una rabia contenida hasta entonces.
Pese a que le costó cerrar el partido, Muguruza ofreció una muestra de fuerza desde el fondo de la pista, realizó una completa exhibición de golpes ganadores –29 winners, entre ellos una dejada con retroceso que sirvió desde su línea de saque–, sumó una decena de aces, dos de ellos decisivos en el tie break, y sobre todo estuvo impecable al servicio, donde alcanzó una efectividad del 70%. La victoria de Garbiñe fue mucho más que una simple revancha por su derrota ante la checa en los cuartos de final de Roland Garros, y si Safarova aguantó el tipo en el segundo set y incluso consiguió ponerse por delante fue porque consiguió salvar 12 de los 15 puntos de break de que dispuso la española. Sin molestias físicas, Muguruza demostró por qué desde ayer ya es oficialmente la número 3 del mundo.
En el otro partido del grupo Blanco, Angelique Kerber doblegó a Petra Kvitova en otro duelo a dos sets y tie break final (6-2 y 7-63). Hoy vuelve a ser el turno del grupo Rojo.