La gran banca define sus planes de crisis con el BCE
Los futuros rescates no se pagarán con fondos públicos
Las entidades financieras de carácter sistémico (el Santander, el BBVA y CaixaBank) ultiman la elaboración de planes de resolución para antes de que acabe el año. Esto es, la redacción de una hoja de ruta a la que atenerse en momentos de crisis, de manera que les permita recuperar la solvencia y la viabilidad en tales circunstancias. Y al mismo tiempo, que el rescate de esas entidades no vaya a cargo de los contribuyentes. Esta obligatoriedad viene marcada por la Ley 11/2015 del pasado 18 de junio sobre “recuperación y resolución de entidades de crédito y empresas de servicio de inversión”.
El Mecanismo Único de Resolución Europea (MUR), que está integrado por el BCE y las autoridades supervisoras de cada país, tiene su sede en Bruselas, y será el encargado de gestionar las futuras crisis bancarias. Su misión no es revisar la solvencia, ni el tamaño de las entidades, sino controlar los planes de resolución y en caso de que en el futuro un banco de la eurozona entre en quiebra planificar la salida a la crisis (la denominada “resolubilidad”).
En España, las funciones de resolución en fase preventiva están encomendadas al Banco de España y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Y las funciones de resolución en fase ejecutiva están asignadas al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). De ahí, que el Banco de España haya creado ya una unidad específica .
Antes de que acabe el año, cada banco tiene que presentar su plan. Los bancos sistémicos deberán cumplir con una ratio del 16%, un requisito mínimo de fondos propios y pasivos elegibles para su recapitalización . Al resto de entidades se le asignará una ratio específica en función de su tamaño.
Además de estos planes, el MUR contará con un fondo de 55.000 millones de euros en el 2024 que se dotará con las aportaciones de todas las entidades financieras europeas. A partir del 1 de enero del 2016, todos los bancos deberán aportar un 1% del importe de los depósitos garantizados a ese fondo y otro 1% al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para cubrir los depósitos de hasta 100.000 euros. A medio plazo, cuando el Gobierno haya vendido las entidades aún nacionalizadas –Bankia y BMN–, esa función de resolución en fase ejecutiva será la principal misión del actual FROB.
La filosofía que subyace en toda la nueva normativa europea es la protección de los depósitos bancarios. Es decir, que en caso de recapitalización de alguna entidad financiera, los depósitos sean los últimos en verse afectados y, además, estén cubiertos como hasta ahora ocurría a través del Fondo de Garantía de Depósitos. El objetivo es que accionistas y acreedores asuman futuras pérdidas.
Para Dominique Laboureix, director de planes de resolución del MUR, si una entidad bancaria tiene dificultades “primero tendrá que aplicar una solución privada y si no es suficiente o no es posible, el banco deberá declararse insolvente”. Tras ello, añadió, el MUR “fijará las normas de actuación”.
Antes de que acabe este año, las autoridades nacionales tienen que remitir los planes de resolución de las entidades de mayor tamaño a la Junta Europea de Resolución (JER), que depende del MUR. A lo largo del 2016, se extenderá al resto de entidades. De forma paralela, en el ámbito preventivo, se están discutiendo actualmente los planes de recuperación, que deben elaborar todas las entidades y presentar al supervisor europeo único (BCE) para su aprobación.
En opinión de María Cabanyes, analista de Moody’s de instituciones financieras, “los nuevos requisitos de recuperación y resolución, independientemente de Basilea III, presentarán desafíos adicionales para los bancos y un riesgo diferenciado para los acreedores”.
El BBVA, Santander y CaixaBank son las tres entidades españolas de carácter sistémico