Modernizarlaagricultura paraqueseamássostenible
Esunodelossectoresque menosenergíaconsume, perotambiénelquetiene mássolucionespara reducirelgasto,como lamodernizacióndelos equipamientosyuna mejorgestióndeagua enlasexplotaciones dedicadasalregadío
La agricultura es responsable del 9,8% de las emisiones de gases de efecto invernadero
en la Unión Europea, y, en el caso de España, la cifra podría aumentar hasta el 10,6%. Además, el consumo energético de la agricultura europea supone el 2% del total de la energía que se consume en la UE-27.
Los combustibles fósiles constituyen el 53% de esa energía consumida, seguidos de la electricidad (20%) y el gas (17%), y solo el 8% de la energía consumida en la agricultura proviene de fuentes renovables. En España, el 70% de la energía se consume en forma de
combustibles fósiles, y el uso de las renovables no supera el 3%.
Ante estos datos, y a pesar de que la agricultura no es uno de los sectores que más energía precisa, los gobiernos establecen una serie de planes, con medidas para rebajar la factura energética en el sector de la agricultura, que pasan por la renovación del equipamiento; por ejemplo, con tractores más sostenibles y adecuados a cada explotación.
También se recomienda la siembra directa, en la que se precisa una sola pasada con una máquina habilitada para sembrar sobre los restos del cultivo anterior, que coloca la semilla en los
terrenos agrícolas sin ningún tipo de trabajo previo, según el II Plan de Acción Nacional de Eficiencia Energética en
España previsto para 2011-2020. En cuanto al regadío, el escenario para 2020 del consumo de energía mantiene la superficie de riego en las actuales 3.407.000 hectáreas, y prevé una reducción, a lo largo de la década, del 30% en su consumo de energía por la reforma y modernización de las instalaciones de bombeo, que mejorarán el rendimiento de las bombas, y por el cambio de sistemas de aspersión a sistemas de riego localizado.
Desde Greenpeace quieren ir más allá, y demandan una agricultura limpia, “verdaderamente sostenible, social y ambientalmente, en la que esté prohibida la utilización de agrotóxicos y de
transgénicos y que, contrariamente a la agricultura industrial, no se desarrolle en detrimento del medio ambiente”.
Y, en este sentido, la ONG pide también que se fomente la agricultura ecológica como única vía para una producción sostenible y sana y la prohibición de pesticidas y otros productos químicos que afectan a las abejas y a otros polinizadores, sin olvidar la prohibición de la liberación al medio ambiente de organismos modificados genéticamente.
El 3% de la energía que consume la agricultura en España proviene de fuentes renovables y el 70%, de combustibles fósiles. Greenpeace propone invertir estas cifras, además de conseguir una agricultura totalmente limpia, sostenible y social que prohíba la utilización de agrotóxicos y transgénicos que afectan a la fauna