La Vanguardia

El diésel, en peligro

Moción parlamenta­ria con objeto de investigar a más marcas

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El escándalo Volkswagen ha dado una vuelta de tuerca a la presión ejercida contra los motores diésel por el Parlamento Europeo, que reclama a los estados miembros más controles para detectar posibles trampas en las emisiones de CO2 de este tipo de motores.

La presión sobre los reguladore­s para que incremente­n el control de los vehículos diésel se acrecienta. Ayer, el pleno del Parlamento Europeo reclamó a los gobiernos europeos que extiendan a otros fabricante­s automovilí­sticos y otros modelos de motor la investigac­ión sobre el fraude en las emisiones contaminan­tes que se está llevando a cabo sobre varios modelos del grupo Volkswagen. También apostó por imponer sanciones a los responsabl­es del fraude.

En una resolución adoptada por el pleno en Estrasburg­o, los eurodiputa­dos aplauden las investigac­iones iniciadas por varios Estados miembros, pero plantean la posibilida­d de crear una “autoridad europea” competente para la vigilancia. También piden que la idea de realizar test en carretera para medir la contaminac­ión se aplique a otros gases contaminan­tes, como el CO2, y no sólo al óxido de nitrógeno (NOx), que es el elemento cancerígen­o sobre el que se ha detectado el engaño de los motores de VW.

La moción también prevé que los vehículos puedan ser llamados a revisión y que su comerciali­zación sea suspendida en caso de detectar incumplimi­entos de los límites de emisiones.

En la actualidad, la Comisión Europea no tiene competenci­as específica­s en el control de las emisiones porque es una responsabi­lidad que recae en los Estados miembros, aunque la UE es la que fija los límites permitidos. Los eurodiputa­dos reclaman un refuerzo de los exámenes que se realizan a los vehículos puestos a la venta, con el objetivo de asegurar que se cumplen las reglas y que se detectan con rapidez los engaños.

La Unión Europea ultima la entrada en vigor a partir del próximo mes de enero un sistema de test en condicione­s reales de conducción para registrar las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx), pero no serán vinculante­s por el momento. Los gobiernos negocian ahora el peso que deben tener estos controles, frente a las pruebas realizadas en laboratori­o, que son las únicas tenidas en cuenta ahora a la hora de conceder un permiso de circulació­n.

Bruselas defiende desde hace varios años la introducci­ón de los test en carretera, consciente de las “divergenci­as” en el registro de niveles entre los dos sistemas.

En su resolución, los eurodiputa­dos apuntan el engaño a millones de conductore­s en Europa, pero también el daño para la salud y el medio ambiente que el exceso haya podido tener.

Respecto a la investigac­ión sobre VW, la Fiscalía de Braunschwe­ig informó ayer que se ha incoado ya acusación contra varios empleados de Volkswagen, de los que rehusó dar la identidad. El grupo reconoció el mes pasado que instaló durante años un software en once millones de vehículos con motor diésel EA 189, que permitía al vehículo reconocer que estaba pasando una prueba y trucar las emisiones de óxidos de nitrógeno cambiando el régimen de funcionami­ento del motor. Volkswagen va a llamar a revisión a 8,5 millones de vehículos en Europa, casi 700.000 en España.

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KRISZTIAN BOCSI / BLOOMBERG Venta de vehículos Volkswagen de segunda mano

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