Ankara confirma ataques contra las milicias kurdas en el norte de Siria
A pocos días de las elecciones del domingo, el Gobierno turco refuerza la mano dura
Y suma y sigue. A escasos días de las elecciones generales del domingo, Ankara sigue dando muestras de mano dura. Si en las últimas semanas se han sucedido redadas contra supuestos miembros del Estado Islámico –ayer fueron detenidos 71– y sobre todo ataques contra posiciones de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), tanto en el norte de Iraq como en el sudeste de la propia Turquía, ahora también las milicias kurdas en el norte de Siria son un objetivo.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, confirmó el lunes por la noche en una entrevista a la cadena progubernamental A Haber que, como habían denunciado las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG), Turquía realizó el pasado fin de semana dos operaciones contra los principales aliados sobre el terreno de la coalición internacional que combate al Estado Islámico.
En Ankara han sonado las alarmas desde que la semana pasada la ciudad de Tel Abyad –liberada en junio pasado del cerco del EI– se sumó oficialmente a la autonomía kurda en el norte de Siria. De este modo, una inmensa parte de los 900 kilómetros de línea fronteriza entre Turquía y Siria ya están controlados por las YPG. El Gobierno teme que el fortalecimiento de la autonomía del norte del país vecino suponga un aliento al separatismo kurdo en Turquía. En este sentido, la política turca de los últimos meses frente a las YPG ha sido meridiana: se las considera la rama siria del PKK, es decir, terroristas. Y a su ala política, el Partido Unión y Democracia (PYD), también. Como dijo en junio un célebre titular del rotativo más cercano al Gobierno, Sabah, “el PYD es más peligroso que el EI en Siria”.
Davutoglu dijo que Turquía advirtió tanto a las YPG como al PYD que no avanzaran hacia el oeste del río Éufrates. “Les dijimos que (...) en cuanto lo pasaran dispararíamos. Y disparamos dos veces”, señaló sin precisar el momento de los ataques y subrayando que Turquía desempeña un papel clave en Siria. En cambio, las YPG afirmaron que todos los ataques –contabilizó tres– tuvieron lugar al este del Éufrates.
Las palabras de Davutoglu llegaban después de que el verdadero hombre fuerte de la política turca, el presidente Recep Tayyip Erdogan, amenazara esta semana con hacer “lo que sea necesario” contra la administración kurda en el nodeste de Siria, al considerar que se ha convertido en una “amenaza” para Turquía.
Erdogan desea seguir llevando las riendas del país –a pesar de que su cargo le obligue a la imparcialidad política– y para ello necesita un sistema presidencial que sólo puede lograr con una mayoría absoluta de la formación que encabeza –que no lidera– Davutoglu, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), de raíces islamistas.
Pero Erdogan tiene un problema que sigue llamándose Partido de los Pueblos Democráticos, el HDP, que si este domingo logra de nuevo hacerse con más del 10% de voto, hará imposible el sueño del sultanato. Ayer, el colíder del HDP, Selahattin Demirtas, respondía a las declaraciones de Davutoglu y Erdogan diciendo que son “una vergüenza”. “Nos enfrentamos cada día a muertes y guerra, pero parece que no es suficiente”, aseveró Demirtas y acusó a Ankara de desear “declarar la guerra” ahora contra la región kurda en el norte de Siria.
Desde que se reanudaron los combates contra el PKK en julio, más de 150 policías y soldados turcos han muerto mientras que los bombardeos de Ankara contra posiciones de la guerrilla armada pueden haber costado la vida a cientos de militantes kurdos, según el Alto Mando.
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