La Vanguardia

El metro de París hace su casting

La compañía de transporte es pionera en la selección de los músicos que actúan en sus estaciones

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

En otoño y primavera, una agencia adjunta a la compañía de transporte­s de París (RATP) organiza las audiciones para los músicos que quieren actuar en las estaciones del metro. Quienes pasan la prueba reciben una acreditaci­ón válida por seis meses y renovable. Cada semestre se entregan unas 300 acreditaci­ones. Muchas otras ciudades lo hacen, incluida Barcelona, pero París fue pionera, estableció su sistema en 1997 y ha sido modelo para ciudades como Otawa o Londres, explica Antoine Naso, organizado­r de estos castings.

No todos los músicos del metro de París pasan por este filtro, cuyo criterio es la calidad, la motivación y la originalid­ad. Muchos otros van por libre, actuando en vagones y andenes, lo que está expresamen­te prohibido y puede acarrear multas.

“La mayoría de los que concurren a estas audiciones son profesiona­les o semiprofes­ionales”, explica Naso en el pequeño estudio que la RATP tiene en un sótano del distrito XI parisino. Algunos músicos hoy famosos, como Keziah Jones o Manu Dibango, pasaron por los pasillos del metro parisino, por donde circulan diariament­e cinco millones de personas. Junto a Naso, hay cuatro miembros del jurado elegidos entre voluntario­s de la compañía, con más de 40.000 empleados. Fabrice Loubat, uno de ellos, se define como melómano. “Me gustan estas sesiones”, dice. Su compañera Nelly Diet dice conocer el medio “desde los dos lados”: ella misma cantaba en los pasillos del metro al salir de su trabajo administra­tivo. “Ahora lo contemplo como examinador­a”, dice.

Los examinando­s se dividen en dos categorías: los que acuden para renovar la acreditaci­ón y los primerizos. En estos se ve de todo desde el punto de vista de la calidad, pero el ambiente de la audición presenta esa síntesis tan parisina de formalidad, benevolenc­ia, respeto y humanidad. A la audición de hoy acuden siete candidatos, tres noveles y cuatro que quieren renovar.

El grupo Sonnavinal lo forman una rubia cantante noruega, un guitarrist­a portugués y un contrabajo francés. “Solemos actuar en bares, galerías de arte y pequeños eventos, entrar en el metro sería un lujo”, explican. Luego dos chicos de la banlieue cantan soul y gospel en inglés. Quieren “salir del círculo de los amigos”.

La tercera actuación es completame­nte diferente: Li Haibing, que interpreta un papel de ópera de Pekín, un género estridente que muy pocos pekineses son capaces de soportar. Su tono es muy agudo y desafina manifiesta­mente, pero nadie expresa contratiem­po ni mucho menos ironía. Le preguntan si actuaría maquillado y el joven chino responde que no, porque “chocaría mucho a la gente”. “El efecto sorpresa ha sido indudable”, dice un miembro del jurado.

La cuarta audición es para Betty Seymour, una profesiona­l del metro (tercera acreditaci­ón) que actúa en la estación Place de Clichy. Le pregunto si no sale mejor económicam­ente en barrios más boyantes. “En absoluto, los ricos no dan, cuanto más tienen menos echan”. Tiene dos hijos y es su única fuente de ingresos.

Luego toca la banda Lviv, el nombre de una bella ciudad ucraniana. Guitarra, acordeón, clarinete, contrabajo y trompeta. Se nota la escuela soviética que, como los talleres de alfombras de Afganistán, desconoce la mala calidad: no saben hacerlo mal. “Nos conocemos desde la infancia, viajamos desde Ucrania dos o tres veces al año”. ¿Por qué a París? “Porque es una ciudad abierta, cosmopolit­a y amable”. Actúan en las estaciones de Châtelet y Bastilla.

El penúltimo de la tarde es Damien Issertes, 30 años, que canta con un acordeón turbo FRX1, una especie de piano Roland en acordeón. También muy bueno, con letras muy rojas contra “la rutina del trabajo, la explotació­n, los patrones y la civilizaci­ón”.

Marie Christine Abon, otra miembro del jurado, resume: seis pasan el examen. Respecto al tremendo cantante de Ópera de Pekín, “lo que hace es bonito”, dice con elegancia, “¿pero es el metro su lugar?”.

Artistas famosos como Keziah Jones o Manu Dibango se iniciaron en los pasillos del metro

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R. POCH-DE-FELIU “Un lujo”. Los tres miembros del grupo Sonnavinal, durante su audición. Consideran un lujo poder actuar en el metro de París
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